Yucatán

Guevara Niebla: libros de texto, populismo educativo de AMLO y Marx Arriaga

Con los nuevos libros de texto gratuitos de la Secretaría de Educación Pública (SEP), el presidente Andrés Manuel López Obrador y Marx Arriaga, director de Materiales Educativos, buscan “ofrecer una versión populista de la educación” ajena al humanismo y a la ciencia, lo que corresponde al discurso del mandatario, considera Gilberto Guevara Niebla, especialista en educación, en entrevista con etcétera.

El director del Instituto de Investigación Educativa de la Universidad de Guadalajara expresa que con los libros que ya se distribuyen en el marco de la llamada “Nueva Escuela Mexicana”, López Obrador y Arriaga ofrecen “una versión populista de la educación”, por la que se quiere educar “no para el progreso moderno, sino para que las niñas, los niños y los adolescentes se integren al pueblo, a la cultura y los valores espontáneos de las comunidades locales y que vuelvan la espalda a la ciencia y a la tecnología”.

El experto en educación explica que lo más dañino de los libros de texto de la SEP es que se trata de una elaboración política ideológica que carece de cualquier fundamento científico; al respecto, advierte con claridad: “Lo que la SEP busca es acabar con la educación moderna que tenemos, a la que califica de ‘neoliberal’, y sustituirla por una ‘educación popular’ que corresponda con el discurso populista de López Obrador”.

Acerca de la necesidad de sustituir los anteriores libros de texto, Guevara Niebla, quien ha sido profesor de educación secundaria, preparatoria y superior, piensa que no existía, debido a la que llama “calidad indiscutible” de la más reciente reforma de planes de estudio, hecha en 2017. Al respecto, recuerda que, cuando fue funcionario de la SEP en 2019, el titular de la dependencia, Esteban Moctezuma Barragán, dio las instrucciones para que fueran impresos los libros resultado de la reforma del plan de estudios, pero de 2011, ya que los derivados de la de 2017 los consideraba que correspondían a la que denominaban “mal llamada reforma educativa”.

Propuesta antimoderna

Hace unos días, en un video, la titular de la SEP, Leticia Ramírez Amaya, hizo apología de los flamantes libros de texto gratuitos, los que, según ella, tienen “una perspectiva humanista, científica, de igualdad de género, diversidad, justicia social e inclusión”. Cuestionado al respecto, Guevara Niebla desmiente esa afirmación.

“El humanismo está ausente del todo en estos libros de texto gratuitos si entendemos por eso el principio universal de que todos los hombres somos iguales, independientemente de raza, origen, color, género, lengua, etc. Según estos libros, la sociedad es desigual, dividida entre un pueblo étnicamente diverso que sufre una alienación inducida por los grandes poderes económicos. Lo que se busca es ‘transformar’ la sociedad y con ello ‘emancipar’ al pueblo. Pero el humanismo parte del individuo, y en este proyecto la SEP se niega radicalmente al individuo para reivindicar la comunidad. Para ellos, el educar al individuo es una idea neoliberal que induce el egoísmo, el aspiracionismo, etcétera”, considera Guevara Niebla.

Guevara Niebla, coordinador del libro La regresión educativa. La hostilidad de la 4T contra la Ilustración, una revisión crítica de la actual política educativa, se refirió a varios temas y su expresión en los libros: la igualdad de género, que “no se respeta”; la diversidad cultural, de la que estima que “la intención educativa debe encaminarse a construir una unidad cultural dentro de la diversidad y no mistificar la diversidad, ni exaltarla como una virtud en sí misma. México profundo es un mosaico étnico pero, sobre todo, somos una nación que anhela unidad, cohesión y solidaridad interna”.

Acerca de la justicia social, Guevara Niebla considera que la SEP “niega que pueda lograrse mejorando el talento y las capacidades de cada uno; en cambio, concibe la justicia a través de un artefacto ideológico, político, partidario, sectario. Los libros de texto gratuitos no llevan al alumno a pensar por sí mismo, sino que tienen un carácter instructivo-doctrinario, rollos que buscan imprimirse en la mente de maestros y alumnos, clausurando la vía de que ellos decidan libremente”.

Sobre otro tema delicado, la inclusión, el autor del libro Lecturas para maestros duda de que los nuevos libros de texto tengan “la flexibilidad y los mecanismos necesarios para asimilar la diversidad étnica, social, de género, etc., que existe en el país. Los libros son textos rígidos, dogmáticos, inflexibles, que no permiten que el maestro atienda, simultáneamente, la diversidad. En educación indígena no presentan nada nuevo; en educación para población discapacitada, tampoco”.

El especialista en educación puso énfasis en los planes de estudio, a los que considera que son “la parte de la cultura que la sociedad adulta quiere transmitir a las nuevas generaciones”, por lo que constituyen un importante puente entre “la cultura de hoy y la de mañana, entre el saber y la ignorancia”

Esa selección está inscrita en la ley, indica Guevara Niebla, por lo que ningún individuo o grupo puede cambiar esos fines debido a que se violentarían las reglas democráticas. En una sociedad plural, como la mexicana, conviven varias concepciones respecto a los planes de estudio, pero no todas tienen legitimidad democrática. Por ello, “si hay algún cambio sustantivo que no cumpla —como es nuestro caso— con los fundamentos legales de la nación, por lo menos debe hacerse público el problema y ser discutido por los actores educativos y por los ciudadanos: alumnos, maestros, directores, padres de familia, expertos en educación, autoridades educativas locales, autoridades federales y ciudadanía en general”.

Sin embargo, contra ello, lo que ahora tenemos es que “se discute la pretensión del gobierno de López Obrador y de su compinche Marx Arriaga de imponer coactivamente (sin deliberación previa alguna) una parte de cultura que no cumple con preceptos del artículo tercero constitucional”. Entre ellos, Guevara Niebla destaca algunos aspectos: que la educación debe ser laica, nacional y universal, además de estar fundada en la ciencia y que debe ser de excelencia.

Frente a ello, el actual proyecto del gobierno rechaza la cultura universal y reivindica, en su lugar, la cultura popular o comunitaria. Para quien también fue consejero de la Junta de Gobierno del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, se trata de “una propuesta antimoderna que se opone a la idea compartida por todos los padres de familia de que las niñas, los niños y adolescentes deben ser preparados en conocimientos y habilidades que les permitan más tarde incorporarse al trabajo productivo”.

Pero no sólo ello, sino que “también rechaza la formación intelectual y moral del alumno para que ulteriormente pueda participar en la dirección de las instituciones democráticas. Lo que la SEP y Marx Arriaga proponen es que los chicos de preescolar, primaria y secundaria se conviertan en ‘agentes de transformación social’, y para ello deben estudiar los problemas sociales y asimilar valores éticos colectivistas y comunitarios”.

Callejón sin salida

Tras el arribo al poder de López Obrador, Morena y aliados en 2018, el proyecto educativo, al que responden los libros de texto gratuitos, fue la “Nueva Escuela Mexicana”, la que hizo su aparición en la Ley General de Educación en 2019. Acerca de aquella Guevara Niebla aclara que “no tiene una definición precisa”, por lo que se pueden hacer diversas interpretaciones de ella.

Quien también fue director de la revista Educación 2001 indica que la Nueva Escuela Mexicana fue producto de la influencia de los legisladores de Morena, guiada por una “noción aparentemente vaga”, en la que se dice que buscará “la equidad, la excelencia y la mejora continua de la educación y que su centro será lograr ‘el máximo logro de aprendizajes’, pero enseguida dice que impulsará ‘transformaciones sociales dentro de la escuela y en la comunidad’”.

En términos pedagógicos, Guevara Niebla encuentra que los planes de estudio y los libros de texto gratuitos no tienen apoyo en las ciencias contemporáneas del aprendizaje, y a cambio ofrecen ideas de pensadores como Paulo Freire, quien, “antes que pedagogo, fue militante político, que alfabetizó a adultos para que lucharan por su liberación (Pedagogía del oprimido) usando para ello palabras que ilustraban una supuesta división social en opresores y oprimidos. Es verdad que los autores de los libros hacen referencia a Vigotsky y otros autores, de quienes rescatan el principio de que el conocimiento es un constructo social, pero no recuperan que Vigotsky, lo mismo que Piaget, Bruner, Bandura y los teóricos del aprendizaje moderno, teorizan pensando en el desarrollo de los infantes y de los adolescentes”.

Añade al respeto: “El objeto principal de la pedagogía es eso: el desarrollo humano; pero la SEP y Marx Arriaga se equivocan al borrar del todo ese objeto: no hay en los planes de estudio ni en los libros de texto gratuitos ninguna correlación entre la edad de los pequeños y los contenidos que se les ofrecen. Esta discordancia salta a la vista en todos y cada uno de los libros”.

Además, el asunto de los libros de texto gratuitos tiene otro problema actualmente: no se trata sólo de elaborarlos, imprimirlos y distribuirlos, sino de capacitar a los maestros en su utilización. Al respecto, Guevara Niebla, quien también ha sido profesor de la UNAM, comenta que no ha habido ningún proceso de preparación de los profesores acerca de la teoría y la metodología de lo que se propone en los libros.

“La prueba piloto que se intentó realizar en 2022 fue suspendida por un juez. Después se ha intentado utilizar los consejos técnicos de escuela como espacio para instruir a distancia (vía Zoom) a los docentes, pero, aunque no se evaluó este ejercicio, se puede presumir que su éxito fue precario”, menciona al respecto Guevara Niebla.

Para terminar, por los litigios jurídicos y la severa oposición de importantes grupos académicos y sociales posiblemente se podría suspender la utilización de los nuevos libros de texto gratuitos cuando menos en algunas zonas del país. Acerca de ello, Guevara Niebla señala: “Es estúpido pedir que los libros se quemen o que se destruyan, pero no serán fácilmente manejables para los maestros de banquillo. En realidad, López Obrador y su epígono Marx Arriaga han colocado, de manera frívola e irresponsable, a la educación en un callejón sin salida, pues no hay libros sustitutos y el maestro necesita el libro para trabajar”.

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