Ciudades del futuro

Inteligencia, adoctrinamiento y educación | Brújula Digital

“Somos ricos, pero somos pobres
porque los gobiernos entregaron los recursos naturales a las transnacionales”.
“Somos pobres sentados en una silla de oro”. “Chile nos robó el mar”. Son
algunas de las frases que, estoy seguro, tú también escuchaste en el colegio.
Deduzco que también terminabas odiando a las transnacionales, al imperio, a
Chile y a todos esos supuestos causantes de la desgracia nacional. Esta prisión
intelectual bloqueaba la reflexión: ¿Sirve tener solo recursos naturales sin
tener los conocimientos para transformarlos? 

Pasa en todas partes, no sólo en
Bolivia. Cuando un país escribe su autobiografía se extralimita en sus
justificaciones, jactancia y vanagloria. Este contenido (falso, exagerado)
moldea el alma nacional.  Cuando un
dogmático funcionario define el contenido de la malla curricular de un país,
supera la ficción, sobrepone la religión de su partido y promueve el culto al
jefe de su organización. Este contenido mendaz esculpe el alma nacional que
luego será fermentada con la propaganda del régimen.  

Si no hubiera sido por los
profesores que anteponen el escepticismo productivo para fecundar la
inteligencia, la totalidad de los bolivianos estaríamos, en este momento,
cultivado el odio hacia los otros y eximiéndonos de toda responsabilidad. Sin
esos profesores, que siempre hay en todo lado, reinaría la certidumbre
irracional y desaparecería el estado de duda racional como método de
conocimiento.

Cuando los periodistas
preguntaron en días pasados al ministro de Educación, Edgar Pary, sobre la inclusión
de la falsedad Golpe de Estado (de 2019) en el temario de los estudiantes, este
respondió: “No se va a enseñar, es un enfoque crítico, reflexivo. Enseñar es
una cosa y analizar de manera crítica y reflexiva es otra, tenemos que diferenciar”.

Tomo la declaración de Pary
alejada de la creencia fanática y voy a enmarcarla en los dos objetivos que
debe tener la educación, según el filósofo y lógico británico Bertrand Russell:
1) dar un conocimiento definido, lectura y escritura, lengua y matemáticas y
demás disciplinas; 2) crear los hábitos mentales que permitirán que la gente
adquiera conocimientos  y se forme
juicios sensatos por sí misma. Al primer objetivo llama información y al
segundo, inteligencia.

Me detengo en el segundo
objetivo. Si un estudiante recibe desinformación, creencias, falsedades,
supersticiones, pasión de etnia, pasión de clase, pasión de nación como
verdades absolutas, ¿cultivará su inteligencia para pensar por sí mismo? No. Si
no piensa por sí mismo, sino en función de un rebaño dogmático es muy posible que
termine siendo fanático del partido de turno. Por tanto, será una persona fácil
de mandar a una masacre por intereses ajenos.

El Ministro de Educación dijo que
la crisis política de 2019 será analizada desde el “enfoque crítico y reflexivo”,
entonces descarto las proposiciones irracionales e infundadas y confío que, en
esta parte, el profesor tiene la autorización de discutir con los estudiantes ¿por
qué la democracia es un sistema político que distribuye el poder y limita al
gobernante mediante la Constitución?, y ¿por qué basa su funcionamiento en el
consentimiento del ciudadano expresado a través del voto?

Es probable que alguien diga que
hay todo tipo de democracias. La historia ha demostrado que la democracia tiene
determinadas instituciones universales. La versión relativista está orientada a
justificar las dictaduras de Cuba, Nicaragua, Venezuela y otras llamándolas
“otro tipo de democracias”.

Obviamente, en el curso también deliberarán
sobre ¿qué es un golpe de estado? ¿Puede un gobernante elegido democráticamente
dar un golpe de estado y convertirse en tirano? ¿Sigue siendo presidente
democrático cuando rompe los procedimientos constitucionales de acceso y
permanencia en el poder? ¿Puede un Presidente burlar la Constitución que
establece una sola reelección?  

La Ley dice que el gobernante
está obligado a cumplir el resultado de un referendo porque es la fuente de
poder y de consentimiento ciudadano. ¿Qué pasa si lo desobedece? El demócrata
cumple la orden del pueblo, el dictador se burla. Entonces, el profesor
preguntará a los estudiantes: ¿Qué debe hacer la gente si un gobernante viola
los límites constitucionales y no cumple la orden del pueblo expresado a través
de un referendo? ¿Aplaude al tirano o le pide que se vaya? Por supuesto, el
curso compartirá conocimientos sobre los procedimientos excepcionales de acceso
al poder temporal en caso de renuncia de un gobernante.

A partir del enfoque crítico, los
estudiantes tendrían que revisar la auditoria electoral de la OEA sobre el
fraude de 2019, analizar la versión que dice que no hubo fraude y comparar
evidencias. Luego, cada quien sacará sus conclusiones.

De este modo, se creará el hábito
mental de fecundar la inteligencia de estudiantes librepensantes. 

Andrés Gómez Vela es periodista

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