Ciudades del futuro Tecnología e innovación

Inteligencia Artificial replanteará la economía pospandemia

Trabajar al lado de un robot o ser reemplazado por uno es el horizonte que se avista en la era pospandemia que despierta temor entre la población, desafía a los países con una economía volátil o empobrecida y reconfigura el poder entre los más competitivos. Ya no es ciencia ficción.

La transformación de la vida humana a una escala sin precedentes se siente en todas las industrias y se apropió de las ambiciones de las empresas para el crecimiento e innovación, y si antes del COVID-19 se hablaba de la “cuarta revolución industrial”, con referencia al mundo digital, el virus la está consolidando para el escenario de una economía pospandemia.

Hay naciones como Corea del Sur donde ya se asume que «la automatización y la Inteligencia Artificial cambiarán al país más rápido que otros”, revela el ministro de Empleo y Trabajo, Lee Jae-kap, en una entrevista con Bloomberg.

Está claro que “no todos los trabajos pueden ser reemplazados por máquinas pero es importante aprender formas de trabajar bien con máquinas a través de la capacitación” pero la transición es un hecho para ellos.

Sus esfuerzos apuntan a una “economía resiliente y centrada en la tecnología” para operar a una mejor velocidad en el mundo pospandemia e incluso cuando ocurra otra pandemia o crisis similar. Así esperan garantizar la prosperidad en el futuro. Para el resto el panorama es incierto.

Condiciones caóticas 

Migrar a la inteligencia artificial cuando sólo 23 % de los ejecutivos mundiales reconoce que su fuerza laboral se prepara para sistemas colaborativos, interactivos y explicativos traduce desigualdad y caos.

Más allá del contacto con chatbots, asistentes digitales como Siri o Alexa, aspiradoras robots, máquinas que cocinan, apps y buscadores, la pandemia provoca un cisma de dimensiones aún inapreciables entre los exponentes de la economía digital y otras empresas industriales, financieras, sanitarias o de turismo y ocio que tendrán muy difícil adaptarse a los nuevos paradigmas económicos.

Y las dificultades no son pocas cuando además el desempleo es el índice macroeconómico en América Latina más afectado. La Comisión Económica para América Latina y El Caribe (Cepal) estima que unos 2,7 millones de empresas cerraron por la crisis sanitaria.

Los datos reportados por Colombia, Chile, Brasil y México los aleja de alguna intención de robotización cuando la desocupación ronda entre 4 % y 13 % en el primer trimestre de 2021, manteniendo a la pobreza, el comercio informal y la delincuencia como la trilogía que espanta los avances.

Reciclaje profesional

Lo que sucede en Latinoamérica no evitará que algunos oficios tradicionales desaparezcan o se reduzcan a una expresión mínima como los administrativos, los cajeros de supermercado, los choferes, los camareros, los vigilantes de seguridad, los teleoperadores de primer nivel y agentes de transporte y carga.

La lista no para ahí porque la irrupción de los robots, la automatización y la Inteligencia Artificial (IA) ya copa sectores como el de la automoción e industria e indica que seguirá con intensidad en los próximos años hasta 2030, cuando uno de cada tres empleos ya no lo desempeñará un trabajador sino que estará totalmente automatizado, según proyecta El Mundo.

El ejemplo más reciente es la entrega de pizzas en vehículos R2. Mediante un PIN se puede rastrear la ubicación a través de mensajes de texto.

Una vez que llegue R2 se les pedirá a los clientes que ingresen el PIN en la pantalla táctil ubicada al centro del vehículo. Tras digitar la contraseña, las puertas de R2 se abrirán suavemente hacia arriba, revelando la pizza al cliente.

La débil esperanza en ese escenario donde los empleos destruidos serán –hasta ahora– de baja cualificación es que se generarán posiciones relacionadas con el mantenimiento y la programación necesaria para el correcto desarrollo de los sistemas artificiales. El problema o el desafío para las naciones es que a estas posiciones escalarán quienes manejen algún grado de informática.

Los inútiles del mañana

Con una nueva realidad laboral en puertas, los relacionados con las ventas, las operaciones financieras y empresariales; la administración y las tareas de oficina quedarán en el pasado y los más demandados por las compañías serán aquellos capaces de trabajar por proyectos, liderar equipos, con dotes de comunicación e iniciativa.

Ello significa que el pensamiento crítico, la capacidad de resolver problemas y la creatividad se impondrá a las máquinas.

Medios como Portafolio consideran que “el fin de la pandemia traerá un paradigma económico nuevo, con las grandes tecnológicas como todopoderosas facilitadoras del teletrabajo, el entretenimiento o el comercio minorista, mientras que otros sectores se verán abocados a una oleada de consolidaciones y el fin del turismo de masas obligará a aerolíneas, hoteles o cruceros a repensar sus servicios”.

Quizá ello explica el resultado del estudio de ManpowerGroup, que recoge las respuestas de 18000 directivos de 43 países que estiman un aumento de los puestos relacionados con el sector IT (tecnología de la información), la atención al cliente como los analistas de datos o los comerciales especializados en ofertas digitales, pero la demanda más atractiva será hacia los expertos en robótica, internet y M2M (comunicación entre máquinas) en la desafiante economía pospandemia. Cuántos cuentan con estas habilidades es la gran interrogante.

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