Inteligencia peruana evalúa vacancia de Castillo y disolución del Congreso

Por orden del presidente de Perú, Pedro Castillo, la Dirección Nacional de Inteligencia (DINI) del país evaluó las consecuencias que tendría un escenario  en el que se dé la disolución del Congreso de este país, así como también la vacancia del mandatario.

En un informe filtrado por Perú 21, la DINI confirma a Castillo que existe escasez de liderazgos políticos que logren aglutinar un mensaje común. El documento también evidencia que hay un deterioro de la confianza social en instituciones públicas y privadas, así como una sobreexposición de información de la ciudadanía e incremento de la deslealtad.

El ente advierte que el cierre del Congreso provocaría una deslegitimación de instituciones públicas y privadas. Esto traería como consecuencia el aumento de discursos de odio, convocatorias a acciones violentas, fuga de capitales nacionales y una mayor polarización.

También la Dirección General de Inteligencia (Digimin) informó a Castillo que su destitución desataría “protestas violentas por nuevos colectivos y dirigentes de tendencia radical, bloqueo de carreteras, desabastecimiento de mercados, ataques a comercios y saqueos”, hasta una posible reprogramación de elecciones regionales y municipales, las cuales están previstas para el próximo 2 de octubre.

Un insumo estratégico

“Este informe de inteligencia es un insumo muy interesante para saber qué información está alimentando al presidente en estos momentos, pero no solo la inteligencia analiza estos escenarios, sino todos en el país”, afirma Macarena Costa, politóloga del grupo 50+1 en entrevista con PanAm Post desde Lima, quien además considera “común” que el presidente intente tener un briefing de su realidad, cuando la vacancia está en la agenda de la oposición desde el año pasado.

¿Está preparado Perú para alguno de estos dos escenarios? Costa, también columnista de El Comercio, responde que “ambos significarían muchísima inestabilidad para el país”. Mientras tanto, precisa que cerrar al Congreso está difícil para Castillo, porque para ello el pleno tendría que haber negado dos cuestiones de confianza al Ejecutivo y por ahora el órgano ha aprobado a los cuatro gabinetes del mandatario, a pesar de los señalamientos a sus miembros.

“En estos momentos no se podría contemplar, en ninguna circunstancia, un cierre del Congreso democrático, porque sería un autogolpe que rompería con el régimen democrático”.

Aclara que “en los últimos años en Perú se han dado vacancias y disoluciones del Congreso, pero dentro de un marco constitucional”. Como ejemplo, recuerda que “la disolución del Congreso del 2019 ha sido refrendada por el Tribunal Constitucional, como también la vacancia de Martín Vizcarra, porque la Constitución estipula que se puede sacar a un presidente por incapacidad moral permanente. Pese al debate sobre qué significa exactamente eso, el hecho es que está permitido”.

Lo más factible

Si bien Costa insiste en que “la disolución del Congreso significaría romper con el orden democrático”, también admite que “nadie sabe si es que el presidente efectivamente quizás esté planeándolo, pero podría ser”.

Si Castillo anda en esas, pretende jugar adelantado en el incierto panorama político peruano, porque “es más factible que el Congreso pueda eventualmente lograr los consensos que se necesitan para lograr los 87 votos para orquestar una vacancia”.

Lo único a su favor es la crisis interna del hemiciclo tras la destitución de su presidente, Lady Camones, a sólo un mes y ocho días de ascender al cargo. Esta vacancia fue producto de la filtración de unos audios donde conversa con el líder de su partido Alianza para el Progreso, César Acuña, sobre la celeridad de un proyecto para crear el distrito de Alto Trujillo, que beneficiaría su candidatura con 120.000 votos en la región La Libertad. Los debates para elegir una nueva cabeza en el Congreso recién comienzan. Castillo puede respirar por un tiempo más.