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La intermitencia que resta seguridad y confiabilidad al sistema eléctrico mexicano

 

Enrique de la Madri

 

 

Uno de los principales temas en el debate de la iniciativa de reforma energética es si la energía solar y la eólica restan seguridad y confiabilidad al Sistema Eléctrico Nacional (SEN), al proveer de energía de forma intermitente. En este artículo quiero explicar de forma sencilla el tema.

Primero, quiero explicarles qué es la seguridad y la confiabilidad para el SEN. La Ley de la Industria Eléctrica (LIE) define a la confiabilidad como la habilidad del SEN para satisfacer la demanda eléctrica mexicana bajo condiciones de suficiencia y seguridad de despacho.

La seguridad de despacho se refiere a que el SEN se mantenga siempre operando, con calidad y continuidad, a pesar de que uno o varios elementos del sistema eléctrico fallen. Es decir que si un par de plantas de generación eléctrica dejan de producir energía subitamente, el SEN debería seguir proveyendo de energía con calidad y continuidad a los mexicanos para decir que es un sistema seguro. 

La calidad se refiere a que se suministre electricidad de forma que los aparatos eléctricos de los mexicanos tengan un desempeño correcto y se cuide su integridad. Para decirlo de otra manera, que no se descompongan por apagones o cambios bruscos en el voltaje. 

La Comisión Reguladora de Energía (CRE) establece los criterios técnicos que determinan cuando el suministro de electricidad cuida nuestros aparatos eléctricos.

En resumen, la confiabilidad y la seguridad de nuestro sistema eléctrico se refiere a que se genere suficiente electricidad, de forma estable, que permita un continuo y adecuado desempeño de nuestros dispositivos eléctricos, y para ello el sistema debe ser resistente a fallas en múltiples plantas y en la infraestructura con la que se genera y traslada la electricidad.

Ahora bien, los defensores de la iniciativa de reforma plantean que las fuentes solar y eólica restan seguridad y confiabilidad al SEN porque son intermitentes, es decir, que la cantidad de electricidad que proveen es muy variable y depende de la cantidad de radiación / viento que haya en el momento, lo cual las hace fuentes inestables.

Por otro lado, los opositores a la iniciativa afirman que la energía solar y la eólica no afectan la confiabilidad del sistema eléctrico y ponen dos razones sobre la mesa: que en México aún se produce muy poca electricidad a partir del sol y del viento, además de que la intermitencia de estas fuentes es predecible.

En México la energía solar y eólica representa únicamente el 10% de la producción eléctrica total, mientras que en Dinamarca el 60% de su energía proviene de estas dos fuentes; en Uruguay representan el 44% de la producción eléctrica; y en Irlanda y Alemania es de alrededor del 35 por ciento.

Estos números excluyen la producción hidroeléctrica y geotérmica porque estas fuentes no entran en el debate de la intermitencia.

Los sistemas eléctricos de Dinamarca, Uruguay, Irlanda, Alemania, Reino Unido, Bélgica, Países Bajos o Suecia no son más inseguros o menos confiables que el mexicano, y de hecho siguen construyendo más parques solares y eólicos. 

Aunque la energía solar y eólica sí son intermitentes, esta intermitencia es predecible y controlable. Lo que hacen los países y las ciudades para contrarrestar esta intermitencia es tener un sistema con muchos cables de transmisión de electricidad y un portafolio diversificado que puede y sabe cuándo cubrir la falta o el exceso de producción de electricidad por fuentes solares y del viento.  

La intermitencia que no es predecible ni controlable, y por lo tanto representa una amenaza para la seguridad y la confiabilidad de nuestro sistema eléctrico, es la que puede provocar las fallas de las centrales muy viejas de quema de combustibles fósiles altamente contaminantes, algo que ocurre frecuentemente de acuerdo con el Programa de Ampliación y Modernización de la Red Nacional de Transmisión (PRODESEN 2019 – 2033).

La mejor forma de aumentar la seguridad y la confiabilidad de nuestro sistema eléctrico es aumentando la infraestructura para transportar la electricidad entre las diferentes partes de México, las llamadas líneas de transmisión, y sustituir más plantas viejas de combustibles fósiles por plantas nuevas de energías renovables. 

Como las energías renovables son más baratas, esto ha generado ahorros para la CFE que pueden ser utilizados en las líneas de transmisión que tanta falta hacen en México y de las que su construcción se frenó en los últimos años, como el tramo de Ixtepec a Yautepec en Oaxaca, el de Malpaso a Playa del Carmen en Quintana Roo (que tanto ayudaría fortalecer al sistema eléctrico de la península de Yucatán) o el de Hermosillo a Mexicali en el noroeste del país. 

Finalmente, recordemos que los precios de los combustibles fósiles son muy volátiles y eso es algo que tampoco podemos controlar. Por ello, un sistema eléctrico seguro y confiable es uno que no está sujeto a la volatilidad y disponibilidad de los combustibles fósiles. 

En los próximos días publicaré más información sobre este importantísimo debate para el futuro de tu familia, de tu empleo y de tu calidad de vida.

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