Ciudades del futuro Tecnología e innovación

Las grandes fortunas empiezan a darle forma al negocio inmobiliario en el metaverso

Decentraland

La primera ola de inversiones inmobiliarias en el metaverso va camino de consolidarse. El espacio digital ya acumula numerosos ejemplos que respaldan esta idea y que han alcanzado cifras sólo asumibles por los bolsillos más acaudalados. Según la información manejada por la plataforma de análisis de mercados descentralizados DappRadar, la compra de terrenos e inmuebles virtuales superó en diciembre del pasado año los cien millones de dólares.

Esta tendencia no sólo se ha ido consolidando desde entonces, sino que ha venido manteniendo un ritmo de crecimiento bastante significativo. Si el cierre de 2021 dejó cifras de infarto en este tipo de transacciones (más de quinientos millones de dólares), la previsión para este año señala que los números acabarán duplicándose y aumentando en un treinta por ciento anualmente hasta 2028.

El auge de los activos digitales y el avance de la tecnología basada en la realidad virtual están provocando que el sector inmobiliario en estos entornos cumpla con las expectativas de quienes se lanzaron a gastar su dinero en el metaverso cuando todo parecía un relato de ciencia ficción. Es precisamente en esta realidad paralela, dotada de una apariencia hiperrealistas y formada en su mayoría por universos como Decentraland, Somnium Space o The Sandbox, donde empiezan a surgir las primeras agencias dedicadas a la compraventa de parcelas y viviendas.

El aspecto inmersivo de las ciudades y de cada uno de los escenarios que las componen es resultado directo de la evolución que han experimentado los principales motores gráficos del momento. Gracias a estos es posible crear réplicas tridimensionales muy similares a los lugares físicos que conocemos, por lo que se trata de una tecnología que lleva tiempo asentada en industrias tan importantes como la de los videojuegos o la de las plataformas de juegos de azar. El ejemplo más conocido es el de la desarrolladora Epic Games, que con sus versiones de Unreal Engine se encarga de aportar ambientes virtuales de tono realístico en multitud de casinos que operan a través de internet. Es precisamente en estos lugares donde jugar ruleta online, al póker o a las máquinas tragamonedas se ha convertido en una experiencia virtual en la que los usuarios llegan a experimentar las mismas sensaciones que se viven en las salas físicas tradicionales. La razón hay que buscarla en el apartado visual, y es que las imágenes que forman cada uno de los objetos están tratadas minuciosamente a golpe de millones de polígonos y con los efectos de iluminación más potentes que existen. La industria del juego ha sentado así las bases de una apariencia virtual que está trasladándose poco a poco al metaverso.

Esta forma de acortar la distancia entre el plano físico y el digital es la que está facilitando que el sector inmobiliario crezca en el metaverso a pasos agigantados. Sin ir más lejos, la última venta de cierta envergadura que se ha producido en el espacio virtual es la de una réplica de la ciudad de Roma. En concreto, se han llegado a pagar ciento veinte mil dólares por ella en la plataforma Ertha Metaverse, que a día de hoy acumula una capitalización de mercado de más de trescientos millones de dólares.

En la misma línea se encuentra la propuesta del universo Uttopion, donde existe un amplio catálogo de miles de terrenos a la venta que pueden adquirirse por hasta cuarenta mil euros. El negocio, capitaneado por Juan Roig, dueño de Mercadona, parece estar siendo efectivo, teniendo en cuenta que ha facturado más de un millón de euros en lo que llevamos de año.

Ahora bien, si ponemos el foco en el récord que ha ido marcando la ley de la oferta y la demanda en estos entornos, hay que destacar el proyecto que ha puesto en marcha Decentraland con su Genesis City. Se trata de una ciudad que acumula actualmente casi un millón de solares virtuales, todos ellos de aproximadamente el tamaño de medio campo de fútbol y lanzados al mercado con un precio de en torno a los doscientos mil dólares, dependiendo de la zona en que estén situados.

Tampoco se queda atrás el ejemplo protagonizado por Republic Real, la compañía de bienes raíces digitales que llegó a pagar algo más de cuatro millones de dólares por una parcela en The Sandbox. La operación se suma a una larga lista formada por miles de clientes que empiezan a dar forma a este metaverso que reúne más de dos mil terrenos, un centenar de residencias y varios centros comerciales.

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