Las reacciones de los dirigentes políticos españoles ante la migración de madrileños que huyen del foco principal del coronavirus: de la fobia de la costa este a la serenidad de la costa oeste » ExtraConfidencial

El último parte de ayer domingo cifraba en 8.000 los casos de infectados por el nuevo coronavirus COVID-19. Las muertes se contabilizaban por 292, lo que nos deja una mortalidad del 3,65%. De todos los contagios activos, la ciudad de Madrid registra 3.544 casos, el 45% y lo que es más preocupante, una tasa de letalidad del 6%. Todo ello, según los datos facilitados por los hospitales.

La cancelación de clases de colegios y universidades primero, el cierre de Madrid después y el anuncio en diferido del estado de alarma por parte del Gobierno central, por último, le han conferido a los madrileños la posibilidad de huir del principal foco español del coronavirus hacia zonas más apacibles. El pasado lunes 9 de marzo, la Comunidad de Madrid decretaba el cierre de todos sus centros educativos a partir del miércoles 11 de marzo. Hablamos en total de 3.600 centros y 1.200.000 alumnos. Muchos de ellos, una vez canceladas sus clases, optaron por regresar a sus lugares de origen provocando un éxodo de estudiantes pocas veces visto. A los pocos días, nuevos positivos brotaban en los lugares de destino de los estudiantes.

Medidas con tintes Xenofobia

El cierre de la Comunidad de Madrid decretado por el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso este viernes y con el que se echaba e cerrojo a todos los comercios de la región desde este sábado, con la excepción de los de alimentación y primera necesidad, produjo la segunda oleada de migración madrileña. Instantes después, Pedro Sánchez comparecía ante los medios con más de una hora de retraso para anunciar el estado de alarma frente a la epidemia del coronavirus, aunque las medidas no serían concretadas hasta un día después. Tiempo suficiente para sembrar el pánico y que muchos madrileños tomaran de nuevo la decisión de salir de sus fronteras.

Ante esta situación, los responsables de los territorios que recogían este volumen de entradas han reaccionado de diferente modo.

Por un lado, el presidente de la Región de Murcia, Fernando López Miras, anunciaba en el día de ayer el confinamiento de siete municipios y la restricción de movimientos dentro de los mismos a cuestiones laborales o para comprar alimentos y productos farmacéuticos, además del cierre en estas localidades de bares, restaurantes y hoteles. Unas medidas que dijo ser “para todo el mundo por culpa de los irresponsables”. “Es vergonzoso ver cómo las oficinas turísticas estaban llenas de personas solicitando información sobre la oferta turística de estos días”, añadió. Además, el Gobierno de Murcia ha solicitado a las personas que lleguen de Madrid o Euskadi que hagan cuarentena si se desplazan para tratar de contener la propagación del coronavirus.

En la costa valenciana, el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, señalaba que “hemos trasladado nuestra preocupación al gobierno central por esta situación que se está produciendo en las zonas de costa. La gente debe de seguir los criterios que se han dado y no deben venir”. Gandía y Cullera ya han tomado medidas aplazando el inicio de la temporada turística ante la situación de alarma y cerrando sus playas colocando la bandera roja, ante la llegada de turistas procedentes de Madrid.

Esta agitación se ha trasladado también a las redes sociales donde numerosos usuarios han reflejado su malestar por la llegada de turistas a sus territorios a los que han tildado de irresponsables y, en muchas ocasiones, han llegado a vejar su integridad moral con repetitivos insultos. Es lo que ha ocurrido también con el pueblo gallego, aunque su clase política ha reaccionado con mayor talante.

Llamada a la calma

La alcaldesa accidental de Sanxenxo, María Deza, por estar ausente el alcalde Telmo Martín, ha pedido a sus ciudadanos que “no incurran en histerias” ante la llegada de madrileños al municipio, en donde muchos de ellos tienen fijada su segunda residencia. La alarma que se está generando a través de redes sociales “no es buena para nadie”, ha añadido. Además ha recordado que Sanxenxo “tiene más gente cuando hace buen tiempo” y que “no notamos” un aumento tan considerable de población, por lo que ha pedido moderación con ciertas actitudes que puedan generar “turismofobia”. Pronto Galicia siguió los pasos dados por las autoridades de la costa oeste y Sanxenxo y Poio (Pontevedra) precintaban sus playas.

Tras casi 36 horas de espera, Pedro Sánchez volvía a comparecer delante de todos los españoles para desmenuzar las medidas concretas del decreto del estado de alarma. La restricción de la movilidad de las personas excepto para comprar alimentos, productos farmacéuticos y de primera necesidad, acudir a los centros sanitarios, al lugar de trabajo y para regresar al lugar de residencia habitual. También para asistir y cuidar a mayores, menores, dependientes, personas con discapacidad o personas especialmente vulnerables, para acudir a las entidades financieras y por causa de fuerza mayor o situación de necesidad, Los vehículos también podrán circular para poder realizar las actividades permitidas o para el repostaje en gasolineras o estaciones de servicio. Una batería de medidas tardía que hubiese evitado la psicosis mucho antes de que estallara.