Campeche

Los punteros por Banamex – El Financiero

EN MEDIO DE la danza de tiradores que han salido a decir que les interesa comprar los activos de Citi, son dos los que van a la cabeza en esta carrera por el Banco Nacional de México.

Por un lado Inbursa, de Carlos Slim, que en su última conferencia de resultados financieros con los analistas confirmó que participarán en el proceso de compra, siempre y cuando existan condiciones favorables.

El otro puntero es Banorte, que preside Carlos Hank González y dirige Marcos Ramírez, con la dimensión, recursos suficientes y la bendición presidencial para completar la operación.

Un dato que ha pasado desapercibido para muchos es que Manuel Romo, el actual director general de Citibanamex, trabajó en Banorte cuando éste fusionó en 2018 sus operaciones con Interacciones, de Carlos Hank Rhon, en una transacción por 27 mil 400 millones de pesos.

En una de ésas, el destino podría colocar, otra vez, a Romo en medio de una eventual fusión, ahora entre Banorte y Citibanamex.

Si Inbursa decide ir por Citibanamex y se concreta esta compra, sería un movimiento estratégico muy importante en el sector financiero y bancario del país, ya que se formaría un grupo capaz de retar y competir con BBVA, que encabeza Eduardo Osuna y, justamente Banorte.

En agosto pasado Jane Fraser, la CEO de Citi, viajó a México para cumplir un intensa agenda de dos días, incluido el encuentro con el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Pero hubo otro encuentro que se manejó con total secrecía, aunque generó ruido en los pasillos de las oficinas de Avenida Palmas: nos referimos al que la misma Fraser tuvo con Carlos Slim Helú.

En esa reunión se habló de los intereses y proyectos futuros que cada grupo, Citi y Carso, tienen en el México de la Cuarta Transformación de López Obrador. Cada parte hizo su lectura y sacó sus conclusiones.

Más allá del negocio bancario, la compra de Citibanamex por parte de Inbursa sería una carambola de dos bandas, ya que de manera natural se harían del patrimonio cultural de Citibanamex, el cual en los últimos días ha levantado todo tipo de especulaciones, ideas y hasta ocurrencias sobre su futuro.

Y si a alguien le gusta y sabe cuidar los tesoros culturales del país es precisamente a la familia Slim, a través de la Fundación Carlos Slim, la cual cuenta con un importante patrimonio.

El vasto acervo incluye, entre otras cosas, el Museo Soumaya y una colección que reúne más de 30 siglos de arte.

Sumar a su colección obras de David Alfaro Siqueiros, Diego Rivera, Remedios Varo, José María Velasco, Frida Kalho, Leonora Carrington, Francisco Toledo, Julio Ruelas, Eulalia Lucio y José Clemente Orozco, además de edificios como los palacios de Iturbide y de los Condes de San Mateo Valparaíso, le daría una proyección única.

YA TOMÓ SENTIDO la cena a la que fueron invitados en julio del año pasado los accionistas mexicanos de Aeroméxico en Palacio Nacional; Andrés Manuel López Obrador los convocó para pedirles solo una cosa: que se mantuvieran dentro de la compañía…y eso ya sucedió. Al final Eduardo Tricio, Valentín Diez Morodo, Antonio Cosío y Jorge Esteve sí le metieron dinero fresco a la empresa. Fueron 20 millones de dólares, con lo que retendrán un paquete de 4.1%. No es inversión pasiva, pues se obligan a prestar servicios activos a Aeroméxico y mantenerse en el Consejo de Administración. Por cierto le adelanto que los dos nuevos consejeros independientes son Eugene Davis y Jorge Vilches, expertos en el sector de la aviación propuestos por los fondos The Baupost Group, Silver Point Capital y Oaktree Capital. El viernes la jueza Shelley C. Chapman aprobó el plan de reorganización y está semana emitirá la sentencia formal. Se le meterán a Aeroméxico, entre fondos frescos, capitalización y pasivos unos 4 mil 200 millones de dólares. Sus asesores en este proceso fueron Alejandro Sainz de Sainz Abogados, Timothy Graulich de Davis Polk & Wardwell, Homer Parkhill de Rothschild, Lisa Donahue de Alix Partners, Eugenio Herrera de WolfBoomerang y George Sard de Sard Verbinnen.

PARADOJAS DE LOS negocios. BlackRock es uno de los principales accionistas de Banorte, que tiene muchas posibilidades de quedarse con Banamex. Por un lado al presidente Andrés Manuel López Obrador le encantaría que la familia de Carlos Hank González fuera el comprador del Banco Nacional de México, con recursos del fondo más influyente del planeta, que lidera su “amigo” Larry Fink. Pero el mismo BlackRock es a su vez el principal accionista de Iberdrola, la empresa española que patea un día sí y otro también el inquilino de Palacio Nacional. Hoy se vence el contrato que esa compañía que preside José Ignacio Sánchez Galán tiene con la CFE para el suministro de electricidad en su planta de Dulces Nombres en Pesquería, Nuevo León. Por lo menos 17 grandes usuarios de Iberdrola se quedarán volando. BlackRock es de los grupos que están cabildeando con todo contra la reforma eléctrica de López Obrador. En Estados Unidos dan por hecho que no pasará, con todo y las bravatas de Manuel Bartlett.

ESTA SEMANA HABRÁ consejo en Altán Redes, que preside Bernardo Sepúlveda. Va a ser relevante porque se convocará a los accionistas a participar en un segundo crédito en posesión de deudor o DIP. La intención es levantar unos 200 millones de dólares que le tendrían que meter los actuales dueños, léase principalmente Morgan Stanley que preside James Gorman y Bancomext y Nacional Financiera, que son dirigidos por Luis Antonio Ramírez. El consejo será relevante porque los que no acudan a la capitalización se terminarían diluyendo. Axtel que lleva Eduardo Escalante y Megacable de Enrique Yamuni tendrán que decidir si le entran o quedan fuera. Parte de ese llamado “DIP jumbo” se usaría para pagar la terminación de la red que están desarrollando Nokia y Huawei, que por otra parte están presionando para alcanzar el estatus de “acreedores indispensables” en el concurso mercantil. La voz cantante de este proceso lo lleva Rothschild, que manejan al alimón Daniel Nicolaievsky y Victor Leclercq.

LA SEMANA PASADA revivieron las secuelas del fraude inmobiliario cometido por Grupo Mall en el sureste mexicano. Se trata del ambicioso proyecto Esmeralda Resort, un complejo de 308 hectáreas que incluía 3 mil 45 viviendas de las que 750 se debieron entregar en agosto de 2008, cuando se preveía inaugurar la primera etapa. Los desarrolladores liderados por Julio Noval dejaron colgados a inversionistas y proveedores como una vieja subsidiaria de ICA, cuando la presidía Bernardo Quintana. Pero por lo visto los efectos del litigio en Campeche todavía darán más dolores de cabeza al sistema judicial mexicano, así como a los compradores y empresas que han ejercido garantías por el incumplimiento, luego del tiradero dejado por los empresarios españoles.

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