Luis Melgarejo Armada: «Trabajamos para divulgar el culto a la Vera Cruz y el turismo religioso» | La Verdad

El actual hermano mayor de la Cofradía de la Vera Cruz fue elegido en un cabildo extraordinario celebrado a finales del mes de junio del año pasado. Luis Melgarejo tomó posesión a mediados de julio y se convirtió en el cuarto miembro de una saga familiar en estar al frente de esta institución religiosa; su tatarabuelo, conde del Valle San Juan; su abuelo y su padre, ambos con el título nobiliario de Conde de Reparaz; fueron los anteriores hermanos mayores de la Cruz en la familia Melgarejo. En la Casa de la Torre, en pleno casco histórico, creció y vivió las fiestas como niño y como adolescente junto a sus hermanos. Hace unos años participó en la Junta representativa de la Cofradía de la Vera Cruz, siendo hermana mayor su amiga, Elisa Giménez-Girón.

–Estamos inmersos en las Fiestas de la Cruz, ¿qué sentimientos y sensaciones tiene al estar al frente de la Cofradía?

–El mayor sentimiento es el de estar ante una gran responsabilidad y la sensación es de inquietud porque estamos en un momento importante para Caravaca de la Cruz, por lo que representan las fiestas para esta ciudad. Las actividades vividas en las últimas semanas, durante lo que llamamos ‘prefiesta’, ha hecho que nos preparemos bien. Las ganas que se tienen de fiesta hace que se incremente la responsabilidad para dar respuesta a todo lo que la gente quiere para poder disfrutarlas en todo su sentido, no solo con todos los sentidos, sino sabiendo bien cuál es el origen de todo, conociendo los detalles de cada ritual…

«La recogida de la Bandeja de Flores será un momento muy emocionante»«El ritual más importante es el Baño de la Cruz en las aguas del Templete»

–¿Qué vivencias y experiencias vienen a su memoria cuanto se aproximan estos días festivos?

–En mi memoria siempre aparece como primer recuerdo de las fiestas el Tío de la Pita junto a las notas de ‘Serafina’. Para mí marcaba el inicio de la fiesta cuando era un crío y escuchaba el sonido de la dulzaina y el tamboril. Hay que tener en cuenta que hace 40 años no había la ‘prefiesta’ que hay ahora y la llegada del Tío de la Pita era, prácticamente, el verdadero anuncio de que las fiestas ya habían llegado.

Con el tiempo, ya de joven, empecé a conocer mejor los rituales de la Cruz y a darles importancia. Entre ellos recuerdo muy especialmente la Bajada de la Cruz desde el santuario hasta la iglesia parroquial de El Salvador en la tarde del 2 de mayo. Y otro recuerdo, muy entrañable, era cuando llevaban los caballos, aún si enjaezar, a la Casa de la Torre donde caballistas como ‘el Gambas’, ‘el Chavo’, ‘el Tilismo’… nos enseñaban los ejemplares con los que iban a participar en los festejos de los Caballos del Vino.

–¿Qué destacaría de estos últimos meses como hermano mayor?

–Me encanta trabajar en la Cofradía y ayudar a la institución a cumplir sus objetivos principales como el Culto a la Vera Cruz; me encanta también ayudar a Caravaca en estos momentos en los que nos enfrentamos a una situación compleja en la que es muy importante que la institución siga adelante, cumpliendo sus compromisos e incrementando su posicionamiento social e institucional en todos los ámbitos.

Estamos satisfechos porque con lo que hacemos estamos ayudando a que la Cruz, su cofradía, esté presente en la vida de la ciudad, que tenga visibilidad dentro y fuera de nuestras fronteras para que siga irradiando su luz a todo el mundo. No tengo agobio, pero me preocupa hacer algo mal. Estamos haciendo todo con una gran transparencia y con una comunicación absoluta; también a través de las nuevas tecnologías y estando activos en las redes sociales. Hemos logrado componer un buen equipo con una veintena de personas dispuestas a trabajar por la Cruz. No hay imposiciones, el consenso es el principal modo de trabajo y yo me siento muy respaldado por todo este equipo.

–¿Qué ritual destacaría?

–El Baño de la Cruz, sin duda; lo comenté recientemente en un acto caballista. La llegada del Caballo Histórico a las puertas de la basílica con el vino para la Bendición de las Flores también es un momento muy entrañable. El Baño de la Cruz, después del Parlamento y el Simulacro de Combate entre moros y cristianos, sume la ciudad en una calma extraordinaria. El Baño de la Cruz tranquiliza a todos, las aguas tocan la Cruz y ese momento se origina como una ola de sosiego, de esperanza. Es un momento muy solemne.

–¿Qué momento cree que será más emocionante?

–La recogida de la Bandeja de Flores en el convento de las Clarisas en la mañana del 2 de mayo y la posterior entrega al alcalde en el inicio de la subida al castillo para que la entregue como ofrenda del pueblo a la Vera Cruz en el interior de la basílica. En otros tiempos, esta ofrenda la realizaba el hermano mayor, pero pasado el tiempo, se entrega al alcalde para que sea la máxima autoridad municipal quien realice la ofrenda.

–Un mensaje para los cofrades, para los festeros y para quienes nos visiten.

–Que sepamos tener la responsabilidad para combinar las ganas de diversión con el respeto y la sana convivencia. Tenemos muchas ganas y el ‘derecho’ a unas fiestas que no se han podido celebrar en los años anteriores. Cofrades y festeros junto a todos los caravaqueños participamos en unas fiestas en las que cada uno ayuda al resto para que todo el pueblo y quienes nos visitan las puedan disfrutar. No son unas fiestas ‘paganas’ y todo el mundo sabe que cada acto, cada actividad del programa festero, nace de alguno de los rituales que han surgido a lo largo de estos últimos ocho siglos desde el milagro de la aparición de la Vera Cruz en Caravaca.

–Un deseo para las próximas fiestas.

–Que todo transcurra con normalidad, que todo el mundo pueda pasarlo bien y que ya estamos deseando que lleguen esos días que hemos anhelado durante los últimos tres años. Será muy especial también para todos los enfermos e impedidos, que volverán a recibir en sus casas la vista de la Vera Cruz para llevarles el cariño y el consuelo.