El caudal de agua del manantial Las Estacas se redujo dos metros, advirtió Abel Mendoza Lagunas, presidente del Comisariado Ejidal de Tlaquiltenango.
Por lo anterior, dijo, resulta insuficiente el líquido para el sistema de riego, en virtud de que además se pierde gran cantidad porque los canales no recibieron mantenimiento en su infraestructura. Y es que el ejido de Tlaquiltenango es uno de los que posee mayor extensión de tierras con sistema de riego en la zona sur.
“Ya teníamos conocimiento de que esto sería así y la intención del nuevo Comité es sacar adelante (los pendientes)”. Mendoza Lagunas agregó que hay un rezago importante en la atención de los canales que alimentan las tierras de cultivo.
Por si fuera poco, Tlaquiltenango se abastece de agua de tres canales. Uno de ellos es el canal lateral dos de Las Estacas, con una longitud de 24 kilómetros, pero de los cuales solo se rehabilitaron cuatro kilómetros.
A su vez, el canal de Río Dulce tiene revestimiento hasta Chacampalco, pero de ahí al centro de la población falta todavía rehabilitarse, aunque es un canal de tierra.
Mientras que al canal El Salado aún le faltan todavía entre seis y ocho kilómetros de revestimiento.
Mendoza Lagunas acotó que Las Estacas perdió prácticamente dos metros cúbicos por segundo de agua, de ahí la necesidad de “querer aprovechar la poca agua que está llegando a los canales, para no tener fugas y que se concentre directamente para el cultivo de las parcelas”.
Detalló que, según el registro de la asociación concesionaria Agro Siglo XXI, el manantial Las Estacas les daba siete metros cúbicos por segundo y trabajó a cinco metros cúbicos por segundo, lo que representa la pérdida de dos metros cúbicos.
“Esto afecta muchísimo a los ejidatarios de Tlaquiltenango, ya que los riegos los teníamos cada 20 o 25 días; ahorita en esos lugares los tenemos después de 40 días. Con eso bajó la producción, además de que el agua de temporal tampoco llegó y la temporada de ciclones tampoco cubrió las necesidades básicas de los cultivos”.
El padrón del Ejido de Tlaquiltenango es de dos mil 680 ejidatarios, pero los que riegan con agua rodada son 850 productores.
El caudal de agua del manantial Las Estacas se redujo dos metros, advirtió Abel Mendoza Lagunas, presidente del Comisariado Ejidal de Tlaquiltenango.
Por lo anterior, dijo, resulta insuficiente el líquido para el sistema de riego, en virtud de que además se pierde gran cantidad porque los canales no recibieron mantenimiento en su infraestructura. Y es que el ejido de Tlaquiltenango es uno de los que posee mayor extensión de tierras con sistema de riego en la zona sur.
“Ya teníamos conocimiento de que esto sería así y la intención del nuevo Comité es sacar adelante (los pendientes)”. Mendoza Lagunas agregó que hay un rezago importante en la atención de los canales que alimentan las tierras de cultivo.
Por si fuera poco, Tlaquiltenango se abastece de agua de tres canales. Uno de ellos es el canal lateral dos de Las Estacas, con una longitud de 24 kilómetros, pero de los cuales solo se rehabilitaron cuatro kilómetros.
A su vez, el canal de Río Dulce tiene revestimiento hasta Chacampalco, pero de ahí al centro de la población falta todavía rehabilitarse, aunque es un canal de tierra.
Mientras que al canal El Salado aún le faltan todavía entre seis y ocho kilómetros de revestimiento.
Mendoza Lagunas acotó que Las Estacas perdió prácticamente dos metros cúbicos por segundo de agua, de ahí la necesidad de “querer aprovechar la poca agua que está llegando a los canales, para no tener fugas y que se concentre directamente para el cultivo de las parcelas”.
Detalló que, según el registro de la asociación concesionaria Agro Siglo XXI, el manantial Las Estacas les daba siete metros cúbicos por segundo y trabajó a cinco metros cúbicos por segundo, lo que representa la pérdida de dos metros cúbicos.
“Esto afecta muchísimo a los ejidatarios de Tlaquiltenango, ya que los riegos los teníamos cada 20 o 25 días; ahorita en esos lugares los tenemos después de 40 días. Con eso bajó la producción, además de que el agua de temporal tampoco llegó y la temporada de ciclones tampoco cubrió las necesidades básicas de los cultivos”.
El padrón del Ejido de Tlaquiltenango es de dos mil 680 ejidatarios, pero los que riegan con agua rodada son 850 productores.
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