¡Música maestro! | Hoy

El estreno de la ópera ‘L’elisir d’amore’ ha sido un dispendio para alimentar los sueños melómanos de David Azagra

La rentabilidad de la cultura para una institución debe medirse en valores sociales intangibles, que permitan la accesibilidad y la promoción al mercado artístico y favorezca por igual tanto a los ciudadanos que la disfrutan como a los artistas que la generan y hacen posible.

La Diputación de Badajoz se ha erigido en productor musical para acercar la ópera y la lírica a niños y jóvenes de la provincia sin reparar en rama verde, con un proyecto que ha culminado con el estreno de la opera ‘L’elisir d’amore’ de Donizetti en el López de Ayala de Badajoz.

El autor de la idea ha sido el coordinador de actividades del Conservatorio de Badajoz, David Azagra, seudónimo de David Sánchez Pérez-Castrejón, hermano del presidente en funciones del gobierno español. Su mérito para ocupar el cargo: «Tener un curriculum sobresaliente» porque ha sido contratado con carácter de confianza por ser quien es.

Para presentar el proyecto, el presidente Gallardo echó mano del exministro socialista y patrón del Teatro Real, Jerónimo Saavedra, al tiempo que también fichó, y no gratuitamente, al divulgador musical catalán Ramón Gener para dar charlas a los niños extremeños sobre los valores de la ópera. Es más que probable que Azagra no haya encontrado a nadie en Extremadura capacitado para esa misión didáctica.

Además, mientras el presidente asegura que el proyecto tiene como finalidad «ofrecer una salida a aquellos talentos musicales que tuvieron que emigrar por no tener oportunidades aquí», la realidad es que para el montaje operístico final no se ha realizado ni una sola audición para cantantes líricos de la región, pues Azagra había encargado la contratación del elenco a un amigo, tras una batería de llamadas fallidas a cantantes de ópera de fama nacional a los que se ofreció un caché disparatado. Tan solo un cantante extremeño ha sido incluido en el elenco solista.

La música fue encomendada a la respetable orquesta portuguesa ‘Sem Fronteiras’, reforzada con estudiantes y profesores del conservatorio superior. De haber sido la OEx, Azagra no habría podido dirigirla casi con toda seguridad.

El estreno de la ópera ha sido un dispendio para alimentar los sueños melómanos de David Azagra. Y estas cosas solo pasan en Extremadura. Nadie se hubiera atrevido a presentar un bochornoso espectáculo político-operístico de esta magnitud en Madrid, por ejemplo.

Ha sido un craso error sacar el proyecto del ámbito del Conservatorio de Badajoz y haber renegado de los profesionales que hay en Extremadura. Y puestos a invertir, qué mejor que hacerlo en la Orquesta de Extremadura que, sin duda, hubiera desarrollado el proyecto con una calidad y profesionalidad absolutas y con batutas más capacitadas.

Parece urgente reconducir el proyecto, si es que merece la pena, y ponerlo en manos de los profesionales que se dejan la piel a diario para convertir en músicos a sus pupilos.