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Ángel Álvaro Peña – Purga en la CFE

Por José Sobrevilla

José Martínez, periodista, autor del libro “Carlos Slim. Retrato Inédito” (Océano/2010) publicó en la Revista Proceso “La concesión envenenada ¿cancelación o renovación? Telmex-Slim-Salinas y Obrador” (28/septiembre/ 2021) y que esta semana luce en portada la misma publicación, nos dio una entrevista donde revela que en marzo de 2023 –por ley– se deberá refrendar o cancelar la concesión de Telmex, ya que vence en 2026; por tanto, al gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador le tocará tomar una de las decisiones más difíciles de su mandato (…) y con ello definirá su posición en la historia del país”[1]. Ante ello platicamos virtualmente con el colega “Pepe” Martínez para conocer el entorno e historia de esta empresa y la consecuente próxima decisión, ya que lleva más de treinta años investigándola, y conoce como pocos la historia del dueño de Grupo Carso.

Apenas en mayo (2021), José Martínez difundió en otra columna que Carlos Slim era un hombre inconmensurablemente poderoso, pero que eso no lo hacía intocable; “aunque tiene una ventaja sobre el resto de los mortales: dinero, mucho dinero, pero la conciencia intranquila y las manos sucias” [2]. ¿Por qué lo decía? A lo largo del texto se lo explico, pero, para empezar, le diré que cuando Carlos Salinas de Gortari le entregó esta concesión fue por 30 años y, una vez concluida en 2020, “sospechosamente” le fue renovada seis años más, a 36 años, por el Instituto Federal de Telecomunicaciones, a “petición” suya.

“Las utilidades del primer año de Grupo Carso fueron de ocho mil billones de pesos, con lo que pudo comprar los principales cinco Bancos de la época; sin embargo no lo hizo, y los reinvirtió para así apalancar otras empresas de su imperio. Diez años después, desde un paraíso fiscal en Islas Caimán, surgió América Móvil con presencia en toda Latinoamérica, Estados Unidos y algunos países de Europa”.

– ¿Cuál es el significado de esta renovación concesionaria?

– Si nos atenemos a lo que se establece legalmente en el título de concesión para su ampliación por otros treinta años, le tocará en 2023 al gobierno de López Obrador decidir la autorización definitiva. 

– ¿En qué escenario se realizaría esto?

– Los empresarios de las televisoras (Televisa y TV Azteca), así como Teléfonos de México, Telmex, y algunos grupos radiofónicos, no confiaban en la continuación del PRI en el poder, y veían como cosa seria el arribo de Andrés Manuel López Obrador porque, en el gobierno priista, la lectura política que tenían eran los escándalos de corrupción; recordemos que ya estaba el asunto de la ‘casa blanca’, entre otras cosas, lo que terminó finalmente dañando gravemente al gobierno de Enrique Peña Nieto y a su partido político, y los llevara –electoralmente– a una derrota histórica.

Diez años antes de la llegada a la presidencia mexicana de Andrés Manuel López Obrador, estos empresarios querían asegurar sus concesiones y con ella sus negociazos; todo eso fue sospechoso porque en 1990 Carlos Slim y sus socios, compañías norteamericanas y francesa (SBC y France Telecom), se habían hecho de la concesión de Telmex a través de una operación superior a los mil 600 millones de dólares (8 mil 600 millones de dólares señala en su web[1]).

Para comprarla se dividieron el capital, pero Slim no completaba su parte (442.8 millones de dólares) y tuvo que juntar 32 socios extranjeros quienes aportaron cerca de 70 millones de pesos para hacer la última oferta, que fue la más alta frente a otros apostadores y, aunque tenía aproximadamente el 5% de las acciones, fue Carlos Slim quien se haría cargo de la compañía, de la parte mexicana, aclararía en alguna entrevista.

En el trayecto, el empresario mexicano-libanés obtuvo muchos beneficios. La fecha del pago de la parte que a él le correspondía liquidar por la concesión, por ejemplo, logró ampliarla (con ayuda de autoridades seguramente) hasta después de haber obtenido los dividendos del primer año de utilidades de la empresa.

– ¿Cómo se dio el reparto de las acciones?

– Estamos hablando de que Carlos Slim y sus socios eran dueños de las acciones de Telmex “AA” y “A”, y la ley obligaba a dar a conocer quiénes eran los propietarios de las mismas. Sin embargo, el otro 80% del valor en el mercado de Telmex, son acciones “L”, libres, y la ley no obliga a conocer la identidad de sus poseedores, quienes pueden cobrarlas vendiéndolas a un Banco o a cualquier instituto financiero en cualquier parte del mundo.

Precisamente por ello, cuando Raúl Salinas de Gortari fue sometido a un proceso penal, iniciado por el asesinato del guerrerense José Francisco Ruiz Massieu, se le vinieron otros procesos y, en un juicio por los fondos que tenía depositados en el CitiBank, una ejecutiva bancaria, Amy Elliott (testigo clave en un caso contra Hank Rhon[2]), se presentó a atestiguar ante un tribunal que llevaba el caso de Raúl Salinas en Nueva York, asegurando que el hermano del expresidente tenía acciones en Telmex.

Preocupados, Slim y su equipo de abogados, desmintieron diciendo que el hermano del presidente Carlos Salinas no era socio de Teléfonos de México y, en efecto, él no era socio de las acciones “AA” y “A”, pero sí las tenía en acciones libres “L”, tenedor de terceros, como también las tenía Roberto Hernández y el primo hermano de Slim, Alfredo Harp Helú, quienes incluso tenían más acciones que el propio Carlos Slim. “Ellos estuvieron especulando incluso antes de la privatización con la ‘adquisición hormiga’ de las acciones de Telmex a través de Inversora Bursátil”.

– ¿Qué pasó al cumplirse 25 años de la privatización?

Lo que te comento es una serie de irregularidades y malos manejos, y de información poco transparente por los intereses que representaba desde aquel tiempo Teléfonos de México, pero al cumplirse 25 años de la privatización, en entrevista con El Financiero, el ex presidente Carlos Salinas de Gortari habría dicho que la venta de la concesión de Telmex había sido muy exitosa, pero también muy impugnada porque los siguientes gobiernos, “no cumplieron con la regulación a que estaban obligados” para la operación de Telmex; y de esa manera Slim operó la telefónica como un monopolio.  

Fue así que la empresa, desde aquel momento, tenía bajo su control las tarifas y servicios del sistema telefónico nacional; y desde ahí empezaron a surgir polémicas con empresas interesadas igualmente en participar en el mercado telefónico. Así, Grupo Carso se vio obligado –con la creación del Instituto Federal de Telecomunicaciones– a ceder parte de ese control; pero todavía ahora siguen teniendo la mayoría de suscriptores y clientes; pero no solamente eso, “Telmex fue un portaviones que sirvió para que Slim se desplazara a la conquista de nuevos mercados en América Latina y, políticamente, lo fue operando con asesoría del ex presidente de España, 1982-1996, Felipe González (Sevilla, 5 de marzo de 1942).

Fue así que fueron trabajando con gobiernos de toda América Latina para incursionar en el mercado de la telefonía hasta tener el control de todo el continente; y ahora también con presencia en varios países de Europa y Estados Unidos.

– ¿Cuáles serían los escenarios sobre la concesión de Telmex?

– Como decíamos, en marzo de 2023 se deberá formalizar la ampliación o cancelación de la concesión y, desde mi punto de vista, es más fácil que se le amplíe a que se le revoque porque de no ampliársele sería una mala señal para los mercados; y porque la presión política que haría Slim sería enorme.

Pero por otro lado le plantea al presidente López Obrador la disyuntiva porque él con los diputados y senadores del PRD encabezados por líder de ese partido en 1990 (Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, presidente, y Roberto Robles Garnica, Secretario General) demandaron ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el Congreso Federal y la Procuraduría General de la República que se revocara la concesión otorgada a Carlos Slim y socios porque –argumentaban– “Carlos Salinas de Gortari y los miembros de su gabinete que participaron en la privatización, habían incurrido en un acto de traición a la patria porque vendieron una empresa patrimonio de la nación, vital para la seguridad nacional”.

– ¿Prosperó la demanda?

– No, y Carlos Slim se fortaleció.  

Si desde el principio López Obrador apoyó que se cancelara el título de concesión, se vería “ridículo” que no fuera congruente y que ahora que a él le toca autorizarla siga las políticas neoliberales que tanto ha venido criticando. Y no solamente eso, cuando el ahora presidente escribió su libro “La mafia en el poder”, al primero que puso en la lista, después de Carlos Salinas, fue a Carlos Slim, a quien criticaba por aquella compra de Telmex.

Si el hoy presidente quisiera pasar a la historia tiene ahora esta oportunidad, como lo hizo el General Lázaro Cárdenas en su gobierno con la expropiación de la industria petrolera; pero si autoriza la concesión, va a pasar a la memoria del país como un “remedo” de Carlos Salinas de Gortari, y continuador de las políticas neoliberales que implementaron los tecnócratas.

– ¿Que pasaría?, porque Slim ya ha hecho negocios con esta administración…

Cuando Slim conoció a López Obrador, fue presentado por Héctor Aguilar Camín en una cena en casa de este, donde estaba también el ex presidente Felipe González, confió el reportero a este columnista, ya que desde que trabajaba en El Financiero, hace más de 30 años, lleva investigando Pepe Martínez Mendoza el tema.

Aguilar Camín ha contado que él lo que quería es que el ahora presidente mexicano tuviera un panorama de lo que era la socialdemocracia.

“Fue en el gobierno de Andrés Manuel en la Ciudad de México, cuando se hizo el rescate del Centro Histórico, y ahí se agudizan las diferencias, porque Obrador quería que el empresario embelleciera el Paseo de la Reforma; pero Slim Helú le dijo que no, que él prefería que se rescatara el Centro Histórico para hacerlo habitable y acabar con la delincuencia porque los edificios, las casas, estaban abandonadas y tomadas por los delincuentes.

“A Slim le convenía –rescatar el Centro Histórico– porque toda la inversión la había hecho Vicente Fox, y fue mínimo el aporte que Andrés Manuel López Obrador habría de realizar. El gobierno federal y el local, se habían encargado ya de la infraestructura: banquetas, drenaje, agua potable, cables subterráneos, y Slim se dedicó únicamente a comprar propiedades y, junto con fondos del Banco Mundial, se empezaron a rescatar también algunas otras calles de determinado perímetro.

Fue así que el dueño de Telmex se hizo de muchas propiedades; invirtió más de mil millones de pesos, el equivalente ahorita a 40 millones de dólares. Fue una ganga. Incluso, después compró la mitad de la Torre Latinoamericana. Las diferencias empezaron por el concepto del rescate urbano. A Andrés Manuel no le interesaba nada de eso; tan es así que después cuando quiso ser candidato presidencial, tomó con un plantón el Paseo de la Reforma y, ¿qué dijo Slim? “¡Esto es kafkiano!” que el que gobierna termine tomando las calles.

“Los empresarios tuvieron muchas pérdidas por las locuras de López Obrador –aseguró José Martínez–. Después, las diferencias siguieron creciendo. Slim nunca apoyó a López Obrador.

¿Qué sucedió con el paso de los años?

Slim económicamente dio apoyo a las campañas del PRI, con Francisco Labastida Ochoa, y del PAN con Vicente Fox, pero no a las del PRD.

Esta lucha de poderes, entre Slim y Obrador, se acentuó en la campaña de este último en 2017-2018, que lo llevó al triunfo electoral, donde desde la campaña, López Obrador decía que estaba en contra de la construcción del aeropuerto en Texcoco. “En una larga conferencia, había sido presentado el proyecto por Carlos Slim donde cuestionaba a López Obrador por no entender nada del mismo”; y en un berrinche, López Obrador quiso mostrarle el músculo y, ya en el poder, con una de sus encuestas chafas donde votó gente que jamás se había subido a un avión, ni conocía un aeropuerto… Ahí decidió su cancelación, lo que considera José Martínez, ahondó más las diferencias.

Pero Obrador –que le tenía terror a Donald Trump– utilizó a Slim para aplacar los ánimos de Trump; fue cuando en conferencia, el empresario dijo que López Obrador no era “terminator” sino “gobernator”, y con ello enviaba un mensaje a Trump, ya que Slim había estado cenando en la residencia del entonces presidente norteamericano porque pretendían asociarse para realizar algunos proyectos turísticos que no se realizaron. Después Obrador fue con Marcelo Ebrard a la Casa Blanca “y fue vergonzoso para el país el papelón que hizo en aquella ocasión” asegura Martínez.

Después, en una de las mañaneras, el mismo Obrador anunció la “jubilación” de Slim (3 de marzo de 2019)[3] lo que fue considerado una falta de respeto. Luego lo invitó a él y muchos otros empresarios a comer tamales de chipilín en Palacio Nacional para venderles boletos de la rifa del avión presidencial, y uno de los que menos compró fue Carlos Slim. Esa ocasión la que tomaba nota era la encargada de los impuestos del SAT (Raquel Buenrostro) y después vino la represalia cuando lo balconearon de que “no pagaba impuestos”.

Luego Slim “donó” 40 millones de dólares (mil millones de pesos) para la compra de vacunas del Covid19; claro, anteriormente ya había hecho negocios con el gobierno durante décadas con la renta de patrullas, asegurando al cuerpo policiaco del gobierno de la CDMX, la adquisición de cámaras del C-4 y el C-5, luego vimos lo de la línea 12 del metro, o sea: Slim y López Obrador se repelen, pero se necesitan, ya ahora que hay un responsable por la tragedia de la L-12 del metro, no existe un solo responsable en la cárcel, y con los peritajes se demostró que la constructora Carso, fue la que por falta de control de calidad y supervisión, había sido responsable de la tragedia.

Luego lo invita a participar en un tramo del Tren Maya, cuando desconocen que, en España, Carlos Slim había adquirido una empresa, Fomento de Construcciones y Contratas, FCC, que ha sido la constructora del metro en Panamá, y donde hay denuncias contra por casos de corrupción porque les cayeron duplicando el precio del material de construcción para el citado metro. Actualmente están en juicio, y es lo mismo que hicieron aquí con materiales de mala calidad en la construcción de la L-12.

“Acuérdate que López Obrador y Manuel Bartlett anunciaron la creación de una empresa de Internet para llegar a donde Slim no quería llegar, igual que las otras empresas telefónicas. Con ello Slim incumplió con el título de concesión al que se había comprometido de llevar estos servicios a todas las zonas; igualmente tampoco cumplió a la restricción de la concesión en la puesta en marcha de “UnoTV” que es ilegal porque no está en el Título de Concesión y porque ha sido competencia de las televisoras, como cuando pasaron los Juegos Panamericanos y unas Olimpiadas; después con Dish en la alianza para la facturación, o sea, hay muchísimas irregularidades y todavía ¿le van a renovar por 30 años más la concesión?

Esta es una opinión personal del columnista

[1] https://carlosslim.com/08.html consultado el 2 de octubre 2021

[3][3] “Carlos Slim se retirará este sexenio y lo hará realizando importantes inversiones en México, afirmó el presidente Andrés Manuel López Obrador, al asegurar que cuenta con la “voluntad” del magnate, de ayudar económica y socialmente al país”: https://tribunanoticias.mx/anuncia-lopez-obrador-jubilacion-de-carlos-slim-con-inversiones-para-mexico/

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