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“No tenemos crisis de bienestar social”: algunas falsedades del reporte de AMLO

En su mensaje por los “primeros 100 días del Tercer Año de Gobierno” (sic), el presidente Andrés Manuel López Obrador se refirió a un país imaginario y dejó de referirse a sus promesas y ni siquiera se refirió a datos sociales clave para mejor maquillar la realidad.

Como se debe recordar, en abril de 2020, en un mensaje que se suponía sería importante porque marcaría la estrategia para enfrentar la crisis generada por la pandemia de Covid-19, López Obrador dijo que en nueve meses serían creados 2 millones de nuevos empleos. En diciembre pasado se cumplió ese plazo. ¿Qué ocurrió?

En su reporte de este martes el presidente dijo sobre el empleo que se perdieron un millón 117 mil 584 empleos formales, de los que apenas se han recuperado 538 mil 13. También añadió que tres de sus grandes proyectos (el aeropuerto Felipe Ángeles, en Santa Lucía; el Programa Integral del Istmo de Tehuantepec y el Tren Maya) están generando 116 mil empleos directos y 227 mil indirectos.

Así, en el mejor de los casos y con los datos que ofreció López Obrador,  aún falta por recuperar casi 240 mil empleos de los que se han perdido. De los 2 millones de empleos nuevos que López Obrador anunció hace un año todavía no se ven ni remotamente sus luces.

Por supuesto, de la promesa de esos 2 millones de empleos no mencionó nada en su mensaje.

En su reporte de este martes, López Obrador mencionó que las ventas de las tiendas de autoservicio han aumentado durante el año de la pandemia en 6 por ciento. Pero las cifras de la Asociación de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (ANTAD) son distintas: sus datos de febrero indicaron que, respecto al mismo mes de 2020, las ventas se redujeron en 1.5 por ciento, mientras que en la comparación entre enero de los dos años la caída fue de 8.2 por ciento, mientras que en diciembre fue de 6.2.

Asimismo, la ANTAD estimó que las ventas de sus asociados cayeron 5 por ciento en 2020 respecto al año anterior, además de que en siete de los 12 meses hubo números negativos, el peor de los cuales fue abril con una caída de casi 23 por ciento.

El presidente también afirmó que la inflación está controlada. Sin embargo, allí está: apenas la semana pasada el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) informó que en la primera quincena de marzo la inflación anual se colocó en 4.12 por ciento, que es el nivel más alto de los dos años más recientes y que se sitúa ya por encima del objetivo anual establecido por el Banco de México, que es de 3 por ciento.

En otra parte de su alocución el presidente refirió que su gobierno está haciendo realidad el derecho a la educación y que está combatiendo la pobreza, además de que “la gente no ha dejado de contar con ingresos para alimentos y bienes básicos, no tenemos crisis de bienestar social y no hay saqueos”. Mucho de esto es evidentemente falso.

Según datos presentados en febrero pasado por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política Social, por la crisis originada por la Covid-19 entre 8.9 y 9.8 millones de mexicanos se agregaron a los pobres, debido a que tienen un ingreso inferior a la Línea de Pobreza por Ingresos, por lo que la cifra total ya es de 70.9 millones de personas, 56.7 por ciento de la población.

Respecto a los mexicanos en pobreza extrema, el Coneval consideró un aumento de entre 6.7 y 10.7 millones de personas, que pueden dar un total de 31.7 millones, 25.7 por ciento de la población.

Ante tal panorama social, que no haya habido saqueos es un consuelo muy pobre y que el presidente declare que se ha estado combatiendo la pobreza es un franca mentira.

Sobre el derecho a la educación los números son, por demás, contundentes: en la Encuesta para la medición del impacto Covid-19 en la educación, el Inegi encontró que 5.2 millones de estudiantes ya no se inscribieron  en el actual ciclo escolar, y 738 mil 400 no lo concluyeron.

Las principales razones del abandono escolar fueron las siguientes: 26.6 por ciento, porque consideraron que la educación a distancia no es funcional para el aprendizaje; 25.3 por ciento, porque los padres perdieron el empleo, mientras que 21.9 por ciento lo hizo por carecer de dispositivos electrónicos necesarios o conexión a internet para proseguir sus estudios.

En esas condiciones, de ninguna forma se puede afirmar que se “está haciendo realidad el derecho a la educación”, como afirmó López Obrador.

Asimismo, López Obrador recordó que “las culturas heredadas de nuestras grandes civilizaciones han sido siempre nuestra salvación ante agresiones, huracanes, temblores, inundaciones, incendios, sequías, epidemias, malos gobiernos, saqueos y otras desgracias”.

Y vaya que lo dice en serio: en noviembre pasado, durante las fuertes lluvias que azotaron Tabasco, su estado natal, en un video dijo que tuvo que optar entre inconvenientes y para no inundar Villahermosa “desde luego se perjudicó a la gente de Nacajuca; son los chontales, los más pobres. Pero teníamos que tomar una decisión, ahora ya estamos aislando allá abajo y donde vive la mayoría de la gente de Tabasco se evitó una inundación mayor”.

Los más pobres, los indígenas, fueron, otra vez y como siempre, los más afectados.

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