Tlaxcala

Olé Guanajuato

El convite es una añeja tradición popular en la que, durante los festejos populares en los pueblos y ciudades, los toreros y sus cuadrillas caminaban del sitio desde donde se vistieron de luces hasta la plaza de toros antes del festejo. De esta manera el pueblo que celebraba en las calles se enteraba que la corrida o novillada daría comienzo pronto y se unía al desfile para llegar al coso. Con el paso del tiempo se han ido diluyendo este tipo de tradiciones, sucede por ejemplo en Tlaxcala capital que los toreros caminan por la calle, dada la cercanía del hotel típico de los toreros, a la plaza de toros. El sábado pasado en la bella San Miguel de Allende se organizó y coordinó que se llevara a cabo un convite desde una casona del centro hasta la plaza de toros Oriente. El resultado fue sensacional. Dentro del marco de celebración por los 200 años de la fundación del estado de Guanajuato, cuna de nuestra independencia, donde se organizaron entre viernes, sábado y domingo seis festejos taurinos en distintas entidades, pudimos vivir el impacto y admiración que despierta esta cultura en locales y foráneos. Los niños que vieron venir a los cabezones, el mariachi y a los toreros quedaron asombrados, pidieron a sus padres seguir al convite y unírseles, todo dentro de un marco de alegría y mexicanidad. Fotos y más fotos, selfies y la espontánea sonrisa del turista al descubrir una cosa más de nuestro rico país en su cultura. Hicimos el viaje para vivir un fin de semana taurino, sábado San Miguel y domingo en Irapuato. Dos carteles interesantes y atractivos en esta apuesta hecha en conjunto entre empresa y estado para celebrar, con toros y charreadas a lo largo y ancho del estado, el aniversario de dos siglos de libertad y ejemplo de pujanza y orgullo. Sin complejos y con el valor que se requiere para poner el ejemplo al resto de las entidades del país. Juan Pablo Sánchez, Diego Silveti y Ginés Marín ante toros de Villa Carmela dieron una tarde interesante y entretenida en el coso sanmiguelense. Más de media entrada en fecha no común para un festejo taurino en la entidad, sin embargo, se ha sembrado la semilla y se comprueba una vez más que la gente gusta del toro. Esta bella ciudad debe ofrecer al turismo que en la visita de cada fin de semana se dé un festejo mensual por lo menos. Mucho turista en los tendidos, disfrutando del colorido y la emoción de una tarde de toros. Los astados no se prestaron del todo al lucimiento, salvo el segundo de la tarde con el que Diego Silveti triunfó con el corte de dos orejas. Juan Pablo Sánchez lo tuvo imposible ante un lote complicado y Ginés Marín cortó un apéndice tras una demostración de pundonor, técnica y valor. Tarde muy fría en lo climatológico, pero caliente en las emociones vividas en lo que, desde mi punto de vista, debe convertirse en un fin de semana tradicional en Guanajuato y que sea de celebración por lo que significa el estado para su gente y nuestro país. El domingo hicimos el trayecto de apenas una hora y media desde San Miguel a Irapuato, disfrutando del paisaje, la sierra, los verdes sembradíos de vegetales que pintan de vida el campo, los viñedos de la zona y los pintorescos puestos a pie de carretera pasando por el pueblo mágico de Comonfort, sitio donde se crean y producen los tradicionales molcajetes para cocinar. El domingo en Irapuato se presentó con gente en la calle, muchos niños con sus padres y un clima fresco sin llegar al frío y un sol típico del bajío mexicano. Cartelazo de mexicanos para torear una corrida zacatecana de Pozo Hondo. El Payo, Diego Silveti y Luis David. La plaza Revolución registró un poco más de media entrada, muchísimos niños en los tendidos que gozaron con el poder del toro y el valor de los toreros. Ninguno se traumó y todos al final del festejo corrían por el ruedo jugando al toro, buscando a los toreros para la foto o la firma del autógrafo, desmintiendo la absurda teoría prohibicionista que los menores no deben presenciar un festejo, nada más absurdo que eso. La corrida comenzó a tambor batiente, los tres primeros toros fueron buenos, bien rematada la corrida en carnes, en tipo de la ganadería, de armónica y bellas hechuras. El Payo marró con los aceros en ambos toros a los que toreó con la profundidad y clase que le caracterizan. Lo vimos sonreír y nos hizo gozar. El público muy receptivo le agradeció con una vuelta al ruedo en su segundo, lo que tuvo que haber sido una tarde de orejas y salida a hombros. Diego Silveti jugó de local, es raro el que puede ser profeta en su tierra. La responsabilidad de serlo hizo que nos regalara una tarde de entrega total ante un buen lote, sobre todo en su primero, un berrendo que embistió con alegría y recorrido con el que el guanajuatense, de torera dinastía, se jugó la vida con arte y profundidad. Una oreja que supo a poco. En su segundo la espada le privó de rematar la tarde. Luis David anda muy bien. Con el capote está toreando de manera exquisita, con suavidad y temple juega los brazos, toreando muy despacio en la suerte fundamental del capote, la verónica. El toro vino a menos, sin embargo, el esfuerzo del hidrocálido y su contundencia con la espada le dieron el triunfo. Salida a hombros y casi media hora para que los toreros pudieran salir del coso gracias a la cantidad de gente arremolinada para estar cerca de esos toreros. Olé Guanajuato, has puesto el ejemplo. ¿Quién sigue?

This content was originally published here.

EL 2 DE JUNIO DEL 2024 VOTA PARA MANTENER

TU LIBERTAD, LA DEMOCRACIA Y EL RESPETO A LA CONSTITUCIÓN.

VOTA POR XÓCHITL