Salud y Comida

Pérdida de productividad y obesidad: los ‘costos ocultos’ de la comida

El costo de los alimentos no se limita a lo que pagamos en los mercados. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), los sistemas agroalimentarios tienen “costos ocultos” o reales que afectan a nuestra salud, a la economía y al medio ambiente, representando un 10% del Producto Interno Bruto (PIB) global.

Según la edición de 2023 de El estado mundial de la agricultura y la alimentación (SOFA), más del 70% de estos costos ocultos están relacionados con dietas poco saludables que incluyen alimentos ultraprocesados, grasas y azúcares. Estas dietas son responsables de la obesidad y enfermedades no transmisibles, lo que a su vez provoca pérdidas de productividad, las cuales son especialmente notables en países de ingresos altos y medianos altos.

El informe revela que un 20% de los costos ocultos se relacionan con el medio ambiente, derivados de las emisiones de gases de efecto invernadero y nitrógeno, los cambios en el uso de la tierra y la utilización del agua. La FAO reconoce que la magnitud de estos impactos podría estar subestimada debido a limitaciones en los datos disponibles.

En última instancia, el 5% de los costos ocultos se vincula a la pobreza y la subalimentación, afectando principalmente a países de ingresos bajos.

Un paso hacia la sensibilización

Los países de ingresos bajos son los más perjudicados por estos costos ocultos, representando más de una cuarta parte de su PIB, en comparación con menos del 12% en países de ingresos medianos y menos del 8% en países de ingresos altos. La agencia alimentaria de la ONU destaca que estas estimaciones a nivel nacional son “un primer paso hacia la sensibilización”, aunque reconoce que son “incompletas e incluyen un elevado grado de incertidumbre”.

Para abordar estos costos ocultos, la FAO destaca la necesidad de evaluar los costos reales y considerar las medidas de reducción. Esto será el enfoque central del informe del próximo año, que busca adaptar políticas, regulaciones, normativas y la inversión privada hacia sistemas alimentarios sostenibles.

En cuanto a la preocupación sobre si abordar estos costos ocultos aumentará el precio de los alimentos, la agencia de la ONU subraya que dependerá del costo oculto que se enfoque y de los instrumentos utilizados. Por ejemplo, si se mejora la productividad en el sector de la alimentación y la agricultura, esto podría ejercer presión a la baja en los precios de los alimentos.

La FAO también sugiere la implementación de impuestos o regulaciones que promuevan prácticas menos dañinas para el medio ambiente, complementadas con asesoramiento para limitar los costos ocultos. Además, señala que “las mejoras en la salud pública que conducen a un aumento de la productividad podrían traducirse en mayores ingresos para los hogares”. @mundiario

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