Para comprender que son los NFT hay que conocer la tecnología en la que se fundamentan las criptomonedas: el blockchain o cadena de bloques. Se trata de una base de datos electrónica que registra una serie de transacciones en bloques de información encriptada de manera descentralizada y pública (porque el registro se encuentra en miles de computadoras de todo el mundo), lo que garantiza su autenticidad. 

En este contexto surgen los NFT, non-fungible tokens o fichas no fungibles. ¿Qué significa “no fungible”? En economía se distingue entre lo que puede ser intercambiado por otro de la misma especie, calidad y cantidad, como los billetes, y aquello que no puede ser sustituido por sus cualidades únicas, como las obras de artes. Los primeros son fungibles; los segundos, no fungibles. Por lo tanto, un NFT es una especie de certificado digital y único que está registrado y garantizado por el blockchain. 

Estos certificados digitales están sirviendo para vender y comprar bienes que antes no podían ser sujetos de comercialización como, por ejemplo, un meme o un tweet. Es decir, antes de la existencia de los NFT cualquier archivo en internet podía ser copiado y compartido millones de veces y todas esas copias representaban lo mismo y no tenían ningún valor por sí mismos. Ahora mediante un NFT, se certifica que el archivo digital es único y, por lo tanto, lo vuelve escaso lo que le proporciona un valor. Por ejemplo, hace un año el CEO de Twitter vendió el primer tweet de la historia por casi tres millones de dólares.  

¿Qué derechos adquieres al comprar un NFT? Para efectos prácticos, solo adquieres el propio NFT y el derecho a revenderlo cuando quieras. En los casos de arte digital, los creadores por lo general deciden quedarse con los derechos de autor, (un NFT resulta más como adquirir una copia “original” firmada digitalmente); en el caso de memes, tweets y videos, estos siguen siendo públicos. Parece una locura que alguien quiera pagar millones para comprar algo que en realidad no es suyo. Bueno, hay dos posibles beneficios para un comprador de NFT. El primero se basa en la especulación financiera o, en pocas palabras, la esperanza de que habrá alguien que compre el NFT por más dinero del que costó inicialmente. Existen ya varios casos exitosos, como el de Pablo Rodríguez-Fraile que compró el NFT de un video del artista Beeple por 60,000 dólares y lo revendió por 6.6 millones de dólares. El segundo beneficio es el mismo que otorga cualquier bien de lujo: el estatus y la exclusividad de haber adquirido algo que los demás no tienen. 

Para los que quieren ganar mucho dinero en poco tiempo, los NFT se ha convertido en una opción llamativa en los últimos tiempos. Sin embargo, varios expertos han señalado que todo puede ser una burbuja que estalle muy pronto y que el valor de estos activos vuelva a ser nulo. Además, existen muchos problemas de estafas y robos. Aunque el sistema del blockchain es bastante seguro en general, el entorno sigue siendo vulnerable. Por ejemplo, se puede inflar artificialmente el valor de un NFT mediante la autocompra del mismo (o pidiéndole a varios amigos que finjan ser compradores) y a la hora de la venta, hacer parecer que el NFT está mucho más cotizado. En otros casos, si alguien obtiene las contraseñas de tu crypto wallet (es donde te inscribes al blockchain), puedes perder tus NFT en cuestión de segundos y no es muy probable que los puedas recuperar.  

Por si fuera poco, existen también denuncias sobre lo perjudiciales que son los NFT contra el medio ambiente. La tecnología del blockchain gasta muchísima energía en sus procesos de registro y encriptación. Se ha llegado a calcular que el gasto energético es el equivalente a los de países como Tailandia o Polonia.  

Aunque parece que todo es malo, existe una razón por la cual esta nueva tecnología entusiasma a varios expertos. El internet actualmente está demasiado centralizado. Esto quiere decir que el control del contenido se encuentra en las plataformas como YouTube, Facebook, Spotify. Con los NFT se lograría que el control volviera a las manos de los creadores y que puedan ser ellos los principales beneficiados de sus obras y no las plataformas. También los derechos de autor, tan socavados en internet, pueden garantizarse mediante los NFT. 

Como con todo lo que es nuevo, habrá que seguir el desarrollo de esta nueva tecnología. Tal vez sea una moda pasajera o se consolide como una de las nuevas formas de hacer negocios en la era digital.  

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