¿Qué importa?

Inmensa riqueza. La riqueza generada por empresas de alta tecnología es algo sin precedente. Es increíble la concentración de poder en pocas manos, en pocas ciudades. En noviembre 2023 tan solo siete compañías representaban 27% del índice S&P 500. Estos son entes del tamaño del PIB de muchos países. La mayoría no existían hará pocas décadas. Importa si tu país concentra y aplica conocimientos, o si se dedica a aeropuertos patito y narcoguerras.

Inteligencia Artificial y robótica. Todos, inclusive sus creadores, subestimamos el inmenso impacto que tuvo GPT en pocos meses. Esto no se va a detener. Se van a desplazar enormes cantidades de empleos: médicos, abogados, contadores, periodistas, consultores y otros rubros. Esto es solo el primer paso. A corto plazo, el maridaje entre la Inteligencia Artificial y la robótica puede destazar trabajos en restaurantes, agricultura y manufacturas. Esto tiene implicaciones para remesas y empleos nacionales, especialmente para países que no sean parte de la revolución en IA. A mediano plazo hay quienes se preguntan si no estamos creando una inteligencia/capacidad tan superior a la humana que dejaremos de controlar nuestro propio destino como especie. Por si acaso, disfruta, de una vez, los mejores vinos de tu cava.

Cómputo quántico. Lo que parecía sueño lejano quizás ocurra en los siguientes tres años. Esto no estaba en mi radar hasta esta semana, cuando visité QuEra Computing y vi su habilidad para manipular decenas de átomos individuales usando láser. Esto implica un cambio exponencial en la capacidad mundial de cómputo, cambio que arrasa con toda seguridad criptográfica, pero también transforma la farmacéutica y la creación de nuevos materiales. Es cómputo a escala que permitirá cosas que no podemos imaginar, porque nunca ha existido este tipo de poder. Lo maravilloso, y lo triste, es que uno de quienes encabezan esta revolución es un chilango, Alex Keesling. (Un país se vuelve lo que celebra, y casi nadie en México sabe quién es Alex).

Fragilidad financiera. La cantidad de deuda acumulada a lo largo del mundo no tiene precedente fuera de épocas de guerras masivas. EU actúa como México bajo López Portillo, acumulando $33 billones de deuda, añadiendo un billón más cada tres meses. China se ahoga bajo los escombros de deudas en bienes raíces. Europa no crece, pero vaya que se endeuda. En México la deuda crece mientras presumimos el “superpeso”, basado en caro diferencial de intereses con EU. Bien sabemos las consecuencias de capitales golondrinos a fin de sexenio. Saca casco, pudiera haber descalabros.

Elecciones. En 2024 podrán votar más de cuatro mil millones en sesenta países. Nunca ha habido un año donde voten más personas. En muchos lugares iluminados de izquierda y derecha quieren deshacer democracias y elegir dictaduros. Podríamos despertar con Trump, Le Pen y similares. Podríamos ver elecciones donde no se aceptan resultados y se derivan acciones violentas y golpes de Estado. Se tambalean la legitimidad y la gobernabilidad, cosa compleja en un mundo donde la tecnología les facilita a individuos radicales destruir a escala.

Sabotaje deliberado. En varios países por lo menos uno de los partidos dominantes busca deshacer el gobierno. En EU bloquean casi toda legislación. Amenazan con default en su deuda. Si solo fuera EU, pues ok. Pero el suicidio se esparce por doquier. En Nicaragua, Cuba, Venezuela, Bolivia, Ecuador y otros “paraísos de los trabajadores”, es tal el desaseo económico que sus emigrantes ahogan Chiapas. En Israel, en medio de tremenda guerra, continúa el esfuerzo por deshacer su Suprema Corte. Qué bueno que en México la 4T haya puesto tal atención en fortalecer, legitimar y blindar nuestras instituciones, ¿no crees?

Cambio climático. Si no bajamos emisiones, y la temperatura promedio del planeta, especialmente en los polos, nos encaminamos al desastre. Punto. Entre sequías, incendios, huracanes, torbellinos, no nos la vamos a acabar. Urge. Ya. Hacer algo. A menos que queramos que el Tren Maya sea submarino.

Pero finalmente… lo que más importa es tu salud, familia y amigos. No aplaces cuidar esto. Eso es lo más importante.