Representan tatuajes arte, moda y tradición

Los tatuajes colocados en el cuerpo humano no perteneciente a alguna tribu o etnia, representan en la mayoría de los casos una pérdida o un recordatorio, pero en otros una moda o el mismo arte.

Edmundo López Terrazas, enfermero de profesión pero artista tatuador por pasión desde hace un año, expuso que gran parte de quienes buscan un tatuaje lo hacen pensando en recordar u homenajear a un ser querido que murió o a uno que acaba de llegar.

Son nombres, fechas y hasta rostros lo más tatuado en hombres y mujeres, dijo, principalmente en jóvenes, aunque también en mayores.

“Tienen sus razones, un ser querido, un ser fallecido, otros por metas en la vida, otros se tatúan instantes que quieren recordar siempre, es lo único que te llevas a la tumba, también hay quienes lo hacen por arte o porque les gusta el tatuaje como tal”, comentó.

Aunque los tatuajes hoy en día han sido puestos de moda por estrellas de cine, artistas y deportistas, estos tienen 5 mil años de historia y su origen fue en la frontera de Europa y Asia.

Los significados son diversos, desde muestras de valentía y poder hasta llegar a considerarlos con atributos curativos. En la cultura egipcia ya se usaban hace 4 mil años y en Japón desde el siglo V a. C.

Los tatuajes no son algo nuevo, aunque en la actualidad están en auge, dijo Jorge Rosas Mendívil, sicólogo clínico del Centro de Integración Familiar (Cifa), y ahorita están de moda para cubrir un vacío o una necesidad.

“En sicoanálisis se hace un análisis sobre el tatuaje, y viene a representar inconcientemente una falta, una carencia, lo que no tengo lo pongo en mi cuerpo, lo que me hace falta, un ser querido que no está, una pérdida, un afecto hacia alguien, como esa emoción no alcanza a expresarse se tatúa, esa emoción, tristeza o alegría”, describió.

Tatuarse simplemente es, y no representa algo bueno o malo, aunque según la cultura son bien o mal vistos, mencionó Rosas Mendívil, y aún existen zonas laborales donde están prohibidos.

“Pueden ser una emoción fuerte, tanto gusto me dio algo que lo quiero llevar por siempre. Cada institución tiene sus reglas y ahí no se puede opinar, un tatuaje no se debe ver de mala manera pero se entiende que hay reglas y por lo tanto se deben respetar.

“Puede ser una moda porque ahorita le preguntas a un chico por qué haces esto y no sabe, no hay un significado, hay vacíos, lo hago porque el otro lo hace, lo importante es que si se van a tatuar sepan por qué lo hacen, estén convencidos, si es una moda, y hay que ver qué hay detrás, por qué hago lo que el otro hace, no me doy cuenta quién soy yo y quiero ser como el otro, el que se tatúa lo hace por necesidad”, añadió.

El uso de los tatuajes en la comunidad ha ido en aumento poco a poco gracias al cambio de pensamiento y apertura en el tema, dijo López Terrazas, pues antes sus portadores eran considerados como delincuentes.

Ahora son médicos, arquitectos, maestros, licenciados y hasta amas de casa o padres de familia quienes los llevan en sus abrazos, piernas, o cualquier parte del cuerpo, pese a que hace años jamás contemplaron portar uno alguna vez.

“Hay una mayor aceptación, sobre todo entre los jóvenes, ya no hay tanta discriminación de las generaciones de nuestros padres, abuelos.

“Nos ha tocado tatuar a personas muy preparadas con cargos importantes, es una satisfacción para nosotros, es como llevar a otro nivel esa cuestión de que es mal visto el tatuaje. Hemos tatuado a personas grandes que pensaban que eran para los de la cárcel”, señaló.

Fernando Rosales, de 40 años de edad, quien tiene ya en su cuerpo cuatro tatuajes, recordó que fue a los 37 años cuando decidió marcar una etapa de su vida importante a través de esta técnica sin arrepentimiento.

“Veo, busco información, imágenes, no agarro tatuajes que cualquier gente tenga, busco un significado especial, por ejemplo, el primer tatuaje es la manera de escribir más antigua, el segundo es un doble infinito, el tercero algo espiritual, cuando los veo recuerdo las etapas y la superación”, destacó.

Aunque en las Escrituras viene marcado de manera explicita la no colocación de tatuajes en el cuerpo, al considerarse como la unión a un culto externo, y un templo del Espíritu Santo, la Iglesia no condena esta acción, y menos los por qué.

Javier Aníbal Lauterio Valdez, párroco del Santuario de Guadalupe de Ciudad Obregón, señaló que para poder determinar como malo o bueno un tatuaje, debe examinarse el qué es lo que se tatúa, y si afecta la conciencia o al prójimo.

“Sin contradecir las Sagradas Escrituras, se debe ver el contexto, en África es una cultura, que te identifica con una sociedad o un grupo, forma parte de la idiosincrasia de la gente, en nuestra cultura actual latinoamericana el tatuaje es una moda”, comentó.

Cuando un tatuaje es colocado por moda u ofensa, o por una vinculación con algo no cristiano que afecta la conciencia o la de otra persona, no es bien visto para la Iglesia, recalcó, y todo recae en la motivación y el criterio del amor.

“¿Qué haría Jesucristo?, Jesucristo no iba con las modas, no se dejaba llevar, si lo estas haciendo por moda, las modas pasan y después te arrepientes, y hoy se está poniendo de moda, no tiene caso en el sentido del por qué… al menos en México puede ser un impedimento de donar vida (sangre)”, concluyó.