Se fundió el fusible de gobernación

Ver a dos servidores del más alto nivel juntos en una actividad pública, los titulares de la secretaria de Gobernación y la Guardia Nacional, de inmediato uno puede pensar que seguramente estaban al frente de un operativo para combatir los altos índices de violencia y criminalidad que existen en el país, pero por desgracia no ocurrió así, se trataba de un acto proselitista de Morena para promover el voto a favor de que continúe el presidente en el cargo.

El sábado pasado, Adán Augusto López viajó en un avión de la Guardia Nacional, de México a Torreón y luego a Hermosillo, en donde participó en actos de promoción de la consulta.

Con este despliegue se confirma que la revocación de mandato es un asunto de Estado, en donde la operación política para cooptar el mayor número de votos está en proceso y es de la más alta prioridad.

Nos atrevemos a decir que ni siquiera el año pasado con las elecciones del 6 de junio en las cuales se renovaron 15 gubernaturas y la Cámara de Diputados federal, hubo tal movilización y derroche de recursos públicos.

La cita con las urnas el próximo domingo es de la mayor relevancia para el presidente, toda vez que no se trata de definir la disyuntiva de si se mantendrá en el cargo, eso ya es un hecho, sino de comprobar que el engendro antidemocrático de la revocación de mandato es la fórmula ideal para ampliar su mandato en la víspera de que concluya su administración, el 30 de septiembre de 2024.

Esto es lo que está en juego y no solo demostrar el ‘músculo’ en la convocatoria, sino en mantener su presencia electoral fuerte en torno a su continuidad.

Para nadie es un secreto el desplome en las encuestas del presidente, tampoco en que sus principales banderas como la lucha contra la corrupción y su halo imbatible de honradez, sigan incólumes; al contrario, se han enlodado con los recientes escándalos en torno a su familia.

En esta lógica, se explica el nerviosismo y preocupación que prevalece en su círculo de colaboradores más cercano por la jornada de ‘democracia participativa’ que se llevará a cabo el próximo domingo.

Ya sin cuidar las formas y sin ningún respeto a la investidura, Adán Augusto López y Luis Rodríguez Bucio, usando recursos públicos del gobierno, acudieron con Mario Delgado, líder de Morena, a eventos proselitistas para arengar a la población de que vote en favor de la continuidad del presidente en el cargo.

El encargado de la gobernabilidad y de tender puentes de diálogo y entendimiento con todas las fuerzas políticas y con la autoridad electoral para que la jornada cívica del 10 de abril se lleve en paz y sin contratiempos, se dedicó a denostar al INE y con ello a la incipiente democracia mexicana.

Al golpear al INE escupió para arriba.

El avance de la instauración de la dictadura en nuestro país, avanza cotidianamente.

Al llegar al cargo como secretario de Gobernación, Adán Augusto inició con buenos augurios; con el paso de los días fue consolidándose su figura institucional como un interlocutor confiable, sin embargo, rápidamente se quitó el antifaz para revelar a un ser resentido y dispuesto a todo, incluso a agandallarse la sucesión presidencial en favor de él mismo.

Al no crecer Claudia Sheinbaum, la candidata del AMLO para sucederlo, se tuvo que echar mano del paisano y familiar para apuntalar la baraja de prospectos.

Después de observar el comportamiento del titular de Segob en los últimos días, se puede afirmar que su capital político, ese que en un momento le permitió descollar entre las corcholatas de Morena, se ha pulverizado y ahora tan solo es visto como un “buscapleitos” del presidente.

Ya nadie lo toma en serio, menos ahora, cuando el PAN y el PRD lo han denunciado ante la autoridad por cometer un delito electoral.

Con la cancelación de las mesas de negociación en torno a la reforma eléctrica y a la reforma electoral, López Hernández dejó de ser un interlocutor eficaz.

Se ha fundido el fusible de Gobernación, hay que cambiarlo si es que el presidente quiere alguien útil para aplacar las fuerzas que golpean a la gobernabilidad y la paz interior.

Se ha roto la interlocución entre las diferentes fuerzas políticas de oposición con el gobierno, al carecer el secretario de Gobernación de la estatura moral e institucional para hacerlo.

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