Tabasco

Un puerto devastado, una gobernadora ausente y un presidente ocupado en la frivolidad

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27 muertos, 4 desaparecidos (hasta ahora), el 80 por cierto de los hoteles afectados, carreteras arrasadas, poblaciones incomunicadas, afectaciones en la comunicación, alrededor de 500 mil personas sin electricidad, y regiones enteras sin agua potable, así como cientos de personas, quizá miles, pues aún no se hace el recuento, afectadas en sus viviendas por el paso huracán Otis en el puerto de Acapulco la madrugada de este miércoles 25 de octubre. Imágenes dantescas, difíciles de asimilar. Las gravísimas afectaciones a miles de guerrerenses son increíbles, simple y sencillamente inaceptables.

Las autoridades informaban de la llegada de la tormenta tropical Otis, hasta que el martes por la tarde el meteorológico alertaba que había tomado fuerza y tocaría el puerto como huracán categoría 5, alerta que nadie escuchó ni difundió. La inmensa mayoría de los habitantes y turistas recibieron el golpe con total desconocimiento de la situación, abundan las historias de cómo huéspedes de los más famosos hoteles de Acapulco se fueron a dormir sólo para ser despertados durante la madrugada por el estrepitoso impacto del huracán sobre sus habitaciones.

¿Por qué ninguna autoridad federal o estatal avisó con tiempo, hizo un llamado de alerta masiva en redes sociales y medios de comunicación para que la ciudadanía se protegiera? Ese mismo martes por la tarde noche, en la cuenta oficial de la red social “X”, del presidente de la república sólo lanzó un “Atento aviso a toda la población de la Costa Grande de Guerrero” para que aceptaran trasladarse a refugios; ¡ese aviso lo hubiera mandado antes, pero a las autoridades del estado para que tomaran acciones y protegieran a la población!

Conforme se va conociendo la situación del puerto el horror crece: turistas varados, poblaciones aisladas, negocios devastados, actos de rapiña sin control y hasta daños al sistema de alerta sísmica, por lo cual, en caso de producirse un sismo, no podría emitirse la alerta correspondiente. ¿Dónde estaban las autoridades del gobierno federal, dónde las del estado? ¿Por qué la gobernadora Evelyn Salgado tardó más de 24 horas en salir a informar, dónde estaba? El no haber tomado acciones dignas de la atención que requiere un huracán nivel 5, los hace responsables de negligencia criminal.

Y el presidente de la república, que siempre se dice tan preocupado de los pobres, ¿por qué no tomó un helicóptero para llegar a la zona siniestrada, a qué responde el que haya decidido irse en carretera cuando todo mundo sabía que estaba colapsada? Su decisión es tan increíble que muchísimas personas la califican como una reverenda tontería, pero no caigamos en su juego, para nada fue una tontería, se trató más bien, de una miserable estrategia de distracción, para provocar un escándalo que pudiera desviar la atención de lo realmente importante: la tragedia que viven miles de paisanas y paisanos en Guerrero.

Como siempre, el presidente recurre al show mediático para, por un lado, provocar distracción y, por otro, dar a sus fieles seguidores, la imagen de hombre preocupado por el pueblo, que después de 10 horas de trayecto, camina entre el lodo con tal de llegar a la zona de desastre, un montaje moralmente inaceptable ante una tragedia de esta magnitud.

En su cuenta oficial en la red social “X”, el gobierno de Guerrero informaba que la gobernadora preparaba una reunión de evaluación con el presidente, “quien ya se encuentra en el Puerto de Acapulco”, ¿en verdad pudo llegar el presidente hasta allá, entonces porque no hubo ni una imagen? Conviene preguntar, ¿la gobernadora Evelyn Salgado se encontraba en el puerto o fuera de su estado y a ello se debió su ausencia por tantas horas? ¿Si el presidente tardó tanto tiempo en llegar allá, cómo fue que pudo regresar tan rápido para estar en su mañanera del jueves, acaso usó un helicóptero para su regreso? Si fuera el caso, ¿por qué no lo usó para llegar al estado y recorrerlo?

Ayer el subsecretario de Hacienda, Gabriel Yorio, comentaba que tienen listos el seguro paramétrico y los bonos catastróficos para dotar de recursos a la entidad, pues ojalá sea así, ya que Morena y sus aliados aprobaron en el Senado la eliminación del Fondo de Desastres Naturales (FONDEN), estados y municipios quedaron sujetos al capricho de que el gobierno federal quiera apoyarlos, Y aún en caso de que decida hacerlo, están a expensas de una reacción lenta y descoordinada, como en el caso de la inundación de varios municipios de Tabasco en 2020. Si así actuaron en la entidad de donde es oriundo el presidente, ¿qué pueden esperar las comunidades de la Costa Grande de Guerrero?

Lamento decirlo, pero lo peor está por venir, ya que conforme se vayan reestableciendo las comunicaciones al cien por ciento y se rehabiliten las carreteras, se conocerá la verdadera dimensión de la tragedia, el recuento de daños aún está por llegar, Por ello mismo debemos exigir al gobierno que se deje de espectáculos y actúe de manera responsable, pues la falta de agua y alimento puede dar pie a una tragedia mayor, el gobierno debe hacer campañas de protección a la población para prevenir brotes de dengue y otras enfermedades, al tiempo de ofrecer seguridad para evitar la rapiña.

Estemos vigilantes, no abandonemos a nuestras hermanas y hermanos guerrerenses y exijamos el deslinde de responsabilidades.

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