‘Ya bájenle una rayita’ | Noticias de Mexicali | El Imparcial

‘Ya bájenle una rayita’ En extremo molesto se vio Andrés Manuel López Obrador en una de sus mañaneras al conocer la noticia que perjudica sin duda su trayectoria. En extremo molesto se vio Andrés Manuel López Obrador en una de sus mañaneras al conocer la noticia que perjudica sin duda su trayectoria (su imagen), todo el paradigma en su favor que ha venido promoviendo desde que llegó al poder, incluso desde antes que fuera presidente. The New York Times fue el responsable de esta publicación; fue el malvado; con más razón su molestia. Una mujer: Natalie Kitroeff la autora de esta (¿calumnia?). “Pruebas”, que la periodista presente pruebas dijo Obrador en su mañanera. Como siempre, disimulaba o mejor aún ocultaba su ira al respecto. Sin embargo, este comentador fifí piensa y reclama como el presidente: pruebas señores, pruebas. Y sin pensarlo mucho, tres segundos nomás, decido preguntándome: ¿pruebas? Cuáles pruebas señor presidente. Los políticos y con frecuencia ni los periodistas dejan huellas de algo que no les favorece. Por ejemplo: en donde quedaron las evidencias de la corrupción de los regímenes pasados. Aquellos fueron políticos, no idiotas. De similar forma el texto que la comunicadora Kitroeff publica en el New York Times, es sin duda una exigencia justa de Obrador pero en extremo complicada. Molesto el presidente en la mañanera que trató del caso, no solo con este manifiesto sino con todos los periodistas y comunicadores en México que no lo sueltan; que es con frecuencia López Obrador, pretexto para perjudicar su imagen y reitero, su trayectoria que ha venido forjando a través de los años. “Ya bájenle una rayita” dijo en la misma mañanera de la que fui testigo, lo que significa y pone en evidencia su molestia con la prensa y comentaristas que no le favorecen. Pese a la honestidad de la que presume el presidente: de hecho, soy intocable, estoy incluso por encima de la ley; poco le faltó para decir: soy Dios, no tengo mancha. Y, naturalmente dejar sentado que su investidura se encuentra por encima de la ley, resulta sin más, motivó de un enorme texto de comunicadores o expertos en la Constitución mexicana y por ende, como dijo Sor Juana Inés en una de sus poesías: “Ser el culpable de lo mismo que acusais”, -ya lo dije en otro de mis envíos-. “Bájenle una rayita” a sus ataques es lo mismo. López Obrador a la vez debe bajarle una rayita a sus ataques a quienes no piensan como él. Así es la cosa de simple y sin darle tantas vueltas. Aun respetando su permanente tetania de que él no roba,no es corrupto y su honestidad la sustenta en sus palabras,y, sobre todo, el enorme apoyo que tiene en el pueblo, de loque naturalmente pocos los dudan, incluyendo sus adversarios. Pero, he aquí un enorme acontecer: en la historiadel México moderno: nunca habíamos tenido un presidente tan agresivo contra sus adversarios; por lo mismo deboreiterar: ser culpable de lo mismo que acusáis. El complejísimo problema de la publicación de NatalieKitroeff en el New York Times en que lo vincula de algunaforma con haber recibido patrocinio del narco para su campaña política en 2018, quedará obvio, como una manchamuy difícil de borrar; la duda de todos los mexicanos quedará: ¿será verdad, será mentira?. Es decir: no de todos losmexicanos. Para sus seguidores, algunos de forma incondicional no existirá duda alguna: La publicación de marras escalumnia pura; así de simple. Qué opinarán sus incondicionales de estas palabras de Obrador. Yo me encuentro por encima de la ley; – no textual-:Mi honestidad supera con creces, podría decirse, la Constitución y cualquier ley al respecto. ¿Te das cuenta…? Sobranlas palabras; al buen entendedor… *- El autor es Profesor Emérito, UABC, por la Facultad de Arquitectura. Creador Emérito, ICBC. Artista plástico.