Balance

Genaro Lozano

03 Sep. 2019

El presidente López Obrador llegó oficialmente a su primer informe de gobierno con un fuerte respaldo ciudadano, pero con un débil apoyo de algunos de los integrantes de su gabinete. Un grupo de secretarios y de servidores públicos que en lugar de ayudarle han creado problemas para su gobierno y que podrían erosionar la confianza que las encuestas aún le dan al titular del Ejecutivo. Hay un equipo que parece más de rivales que de integrantes del mismo proyecto de Nación.

El Presidente dedicó poquísimo tiempo en su informe al sector salud. Apenas 8 párrafos de un discurso de 16 cuartillas, párrafos insuficientes porque las noticias del desabasto de medicamentos, a veces reales, en otras ocasiones falsas o tergiversadas, han abierto un flanco en la 4T y creado la percepción de que falta sensibilidad para con los más vulnerables. La pésima comunicación en la Secretaría de Salud a lo largo del año y la aparente ausencia del titular del ramo son parte del problema. De poco ha servido que el Presidente haya hecho casi 200 conferencias mañaneras o más de 212 giras por el país. Salud parece acéfala y la reciente polémica declaración del secretario podría haber sido médicamente atinada, pero también un costoso error político y carente de sensibilidad. Esto no le ayuda al proyecto por el que votamos millones.

La lucha contra la corrupción es columna vertebral del mantra lopezobradorista y sus promesas en este ramo contribuyeron a su triunfo electoral. Sin embargo, el discurso, las promesas y la rendición de cuentas diaria se contradicen frente a los problemas que su propio equipo le ocasionan. La investigación de la reportera Arelí Quintero documenta una fortuna inmobiliaria del director de la CFE. 800 millones de pesos, 40 millones de dólares, en bienes raíces de un hombre que solo se ha dedicado al servicio público. Un salario mensual de 100 mil pesos libres, ahorrándolo íntegramente, construiría una fortuna así en 666.66 años u 8 mil meses. De poco ayudó la reacción del mismo Presidente y de la titular de la Función Pública. Es obligación de ésta investigar lo revelado por el trabajo periodístico y el titular de la CFE debería ser removido de su cargo en lo que se investiga, tal y como ocurrió con un súper delegado en Jalisco. No puede exigirse menos. Opacar en lugar de transparentar no le ayuda al proyecto por el que votamos millones.

La inseguridad y la violencia en México fueron los rubros en los que el Presidente fue autocrítico. Reconoció que no tiene los indicadores que le hubiese gustado mostrar y, en efecto, el suyo ha sido el arranque del sexenio más violento, al menos en los últimos 20 años. Esa autocrítica es positiva, ya que de esto carecen los informes presidenciales. Sin embargo, al Presidente no le ayuda la falta de claridad respecto a la política de drogas. La luz que acompaña a su gobierno con la renovación en la titularidad de la Comisión Nacional contra las Adicciones, se vuelve opaca cuando su vocero o el mismo Presidente criminaliza y estigmatiza a usuarios de drogas. Un faltante fundamental del arranque del sexenio ha sido la regulación del mercado de las drogas y una política de prevención del siglo XXI. Ese lenguaje no le ayuda al proyecto por el que votamos millones.

Todo gobierno es de claroscuros. El arranque de López Obrador sigue teniendo motivos no para estar felices, pero sí para un optimismo moderado. Hacienda, Trabajo, Relaciones Exteriores y Gobernación tienen titulares y equipos que renovaron liderazgos y llevan una clara agenda. A estos les toca tener más protagonismo, comunicar más y tener el presupuesto que necesitan para dar resultados concretos y poderlos presumir.

Toca evaluar rubro por rubro con detalle, a ciudadanos interesados, pero especialmente a partidos y legisladores de oposición. Estos primeros 9 meses del sexenio también deberían involucrar un análisis claro sobre el papel de la oposición, que ha quedado a deber. Al final, no hay mejor encuesta que los resultados electorales y esa medición la iremos viendo de aquí al 2021.

 
@genarolozano

Fuente:https://www.reforma.com/balance-2019-09-03/op163630?pc=102