Toponimia

Del náhuatl “tlanalapa”, que se traduce como “lugar sobre la abundancia (agua)”.

Historia

Es una fundación del siglo XVI de la Orden de Frailes Menores (OFM) de la Provincia del Santo Evangelio.

Descripción

Atrio

Está bardeado, pero no tiene almenas. Conserva la traza original. Tuvo una vista muy buena sobre el valle, pero ahora la tapan construcciones.

Cruz atrial

La cruz no es del XVI, pero considero que está colocada donde estuvo la original. Es muy sencilla. Esta tal vez sea del siglo XVIII.

Iglesia

Exterior

La fachada tiene tres elementos: la portada, la ventana del coro y una cruz en la parte superior. La portada es de estilo tequitqui (plateresco hispanoindígena), y es una de las mejores que existen en el país (Artes de México, 1964, pp.56-57). Es un arco de medio punto que se sostiene en dos jambas. Encima un alfiz (moldura que enmarca un arco). Al centro, un círculo. Todo está adornado con flores. Se hacen muy evidentes los elementos de manos indígenas.

La torre está en un segundo plano de la fachada, pero forma parte de ella. Es de estilo mudéjar y tiene cuatro cuerpos, los dos últimos con arcos. Se ve sólida y pesada.

Interior 

Es de una nave con techo plano. Tiene cinco tramos divididos con arcos de medio punto. La traza debe ser la original del siglo XVI.

El arco triunfal que divide la nave del presbiterio es de ese siglo. Se asemeja a la forma de la portada. El arco se sostiene en dos columnas y está enmarcado por un alfiz. La decoración son flores. Ahora están cubiertas con una capa dorada.

Desplante original del piso

Pilas bautismales del siglo XVI o siglo XVII

Entierro de Jesús. Debe ser del siglo XVIII

Convento 

Estaba al lado derecho de la iglesia. Ahora sólo hay unas columnas que dan cuenta de que existió.

Comentario

En 1979 visité por primera vez el sitio y en esa ocasión escribí: “En la vista que hice en septiembre me impresionó mucho y por eso volví al mes siguiente. Aquí entendí bien lo que era el estilo tequitqui”. La portada es muy bella y lo es también el arco triunfal del ábside. Es la síntesis del arte indígena y europeo. Uno se siente en medio de una obra original y primera.

El concepto de arte tequitqui (que en náhuatl significa “tributario”) fue propuesto por José Moreno Villa en su texto Lo mexicano en las artes plásticas (1949) para describir la manifestación artística de los indígenas a partir de los elementos europeos después de la Conquista.

De él dice: “Es el producto mestizo que aparece en América al interpretar los indígenas las imágenes de una religión importada (…) Es una extraña mezcla de estilos pertenecientes a tres épocas: románica, gótica y renacimiento. Es anacrónico, parece haber nacido fuera de tiempo, debido a que el indio adoctrinado por los frailes o maestros venido de Europa, recibía como modelos estampas, dibujos, marfiles, ricas telas bordadas, breviarios, cruces, y mil objetos menores. No todos ellos obedecían a un mismo estilo y a una misma época”.

Entrada al claustro

La influencia iconográfica y técnica europea, fusionada con la técnica e iconografía indígena, dio origen a un conjunto de manifestaciones singulares que se manifiestan  principalmente en las portadas de las iglesias, en las cruces atriales, en las capillas abiertas y en los murales de los conventos. Todas elaboradas por manos indígenas.

En 1978 Constantino Reyes-Valerio publicó Arte indocristiano. Escultura y pintura del siglo XVI en México. A lo que Moreno Villa llamó tequitqui él lo nombró como arte indocristiano. Hace referencia a una misma realidad artística que floreció en la región mesoamericana sobre todo en lo que hoy es la Ciudad de México y los estados de Hidalgo, Puebla, Tlaxcala, Estado de México, Michoacán, Jalisco, Oaxaca y Chiapas.

Fuentes consultadas

Reyes-Valerio, Constantino, Arte indocristiano. Escultura y pintura del siglo XVI en México, México, Instituto Nacional de Antropología e Historia, 1978.

Artes de México, 1964, pp.56-57.

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