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En su Nuevo Libro, 21 lecciones para el siglo XXI, Medita Harari el Siglo Actual

“Cuando mil personas creen durante un mes algún cuento inventado, esto es una noticia falsa. Cuando mil millones lo creen durante mil años, es una religión”.

  • El historiador Yuval Noah Harari ha vendido 15 millones de ejemplares alrededor del mundo con sus dos primeros libros: ‘Sapiens: De animales a dioses’ y ‘Homo Deus: Breve historia del mañana’. Foto: Cortesía Yuval Noah Harari
    El historiador Yuval Noah Harari ha vendido 15 millones de ejemplares alrededor del mundo con sus dos primeros libros: ‘Sapiens: De animales a dioses’ y ‘Homo Deus: Breve historia del mañana’. Foto: Cortesía Yuval Noah Harari
    El historiador Yuval Noah Harari ha vendido 15 millones de ejemplares alrededor del mundo con sus dos primeros libros: ‘Sapiens: De animales a dioses’ y ‘Homo Deus: Breve historia del mañana’. Foto: Cortesía Yuval Noah Harari
Lourdes Zambrano

Cd. de México (12 septiembre 2018).- “Cuando mil personas creen durante un mes algún cuento inventado, esto es una noticia falsa. Cuando mil millones lo creen durante mil años, es una religión”.

Yuval Noah Harari despliega decenas de frases provocadoras en su nuevo libro, 21 lecciones para el siglo XXI, que llegará al mercado mexicano a mediados de este mes bajo el sello de Debate.

Ha vendido 15 millones de ejemplares alrededor del mundo con sus dos primeros libros: Sapiens: De animales a dioses, que cambió su vida como historiador y profesor en la Universidad Hebrea de Jerusalén, deviniendo en un pensador al que hay que escuchar, y Homo Deus: Breve historia del mañana.

En su nueva entrega, Harari aborda grandes temas que han tenido cambios o giros inesperados en el siglo 21, como la religión y el regreso de los nacionalismos y la xenofobia, así como la vida laboral, la migración, el terrorismo, las guerra y hasta la posverdad.

En entrevista, señala que escribió el libro para ayudarle a la gente a entender las verdaderas prioridades.

“Estamos en medio de un periodo de transición. Las historias viejas ya no tienen sentido, pero aún no tenemos historias nuevas que las reemplacen”, dice.

Esta incertidumbre ha provocado miedo irracional y ha llevado a varios grupos o países enteros a imaginar escenarios apocalípticos, a que tomen fuerza los nacionalismos e, incluso, volcarse a la religión.

“La mayoría de la gente le tiene miedo al cambio radical y a lo desconocido. Quieren tener estabilidad y, en particular, quieren una identidad definida que les dé sentido a sus vidas”, explica.

“El nacionalismo y la religión son reconfortantes porque explican en términos sencillos qué está pasando en el mundo: cuál es nuestro sitio dentro del drama cósmico y cuál el significado de nuestras vidas”.

Además, ambos dicen ser verdades absolutas que no cambiarán ni con la revolución tecnológica y económica del siglo 21.

“Por tanto, prometen ofrecer un ancla de certidumbre en un mundo atribulado”.

Harari compara el presente con la época de la Revolución Industrial, en el 19.

“En ese tiempo, las nuevas tecnologías cambiaron la situación económica y política, en donde las viejas ideologías tenían poco sentido y la gente estaba batallando para crear nuevas historias para explicar el mundo, como el liberalismo y el socialismo”, observa.

Para él, son tres los mayores problemas de la humanidad: la guerra nuclear, el cambio climático y la irrupción tecnológica.

“Y dado el inmenso poder destructor de nuestra civilización, no podemos permitirnos más modelos fallidos, guerras mundiales ni revoluciones sangrientas”, alerta.

Aún no ve un grupo de personas creando estas nuevas historias, y los más atrasados son los políticos.

“La mayoría de los políticos que prometen una revolución se inclinan por relatos religiosos o nacionalistas, tienen el sueño de regresar a un pasado glorioso, como el eslogan de ‘Make America Great Again'”, señala en referencia al discurso de Donald Trump.

En el libro, Harari dedica espacio a hablar sobre cómo los adelantos tecnológicos impactarán en términos de empleo, y su predicción no es alentadora: “En 2050, no sólo la idea de ‘un trabajo para toda la vida’, sino también la idea misma de ‘una profesión para toda la vida’, podrían parecer antediluvianas”.

El uso de datos personales con tecnologías que permiten a los dueños de empresas de redes sociales, o incluso a los gobiernos, saber qué piensa el usuario, qué gustos tiene y a qué partido apoya, también le preocupan.

“Si queremos evitar la concentración de toda la riqueza y el poder en manos de una pequeña élite, la clave es regular la propiedad de los datos”, señala.

Él obliga al lector a pensar, a confrontarse con sus ideas, con sus anclas, pues la Biblia poco sabe del calentamiento global, genética o computadoras.

“El primer paso es bajar el tono de las profecías del desastre y pasar del pánico a la de perplejidad”.

Los problemas de unos son de todos, dice, y las soluciones deben estar en el mismo canal, desde China hasta México.

Y zanja: “Aunque la humanidad está muy lejos de constituir una comunidad armoniosa, todos somos miembros de una única y revoltosa civilización global”.

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