“LA COLUMNA VERTEBRAL COMO ORGANIZADORA DE LOS PROCESOS DE ENFERMEDAD”

Creo que el primer estudio del que creo que todos los quiroprácticos deben saber es la obra del neurofisiólogo, Dr. Irvin Korr. 

El Dr. Korr pasó décadas de su vida estudiando la columna y su impacto directo en el sistema nervioso.

En 1976 publicó una serie de documentos con muchas referencias que apuntaban al hecho de que una alteración en un segmento o área de la columna afectaba de forma absolutamente negativa el funcionamiento del sistema nervioso.

El artículo se llamaba: “La columna vertebral como organizadora de los procesos de enfermedad”.

La mayor parte de su trabajo ayuda a validar el poder de los ajustes quiroprácticos. Korr cuenta una historia fascinante acerca de cómo su salud se estaba deteriorando cuando tenía como 40 años y lo trató un osteópata. Después de un tratamiento salió a dar un paseo y sintió unas ganas irresistibles de empezar a correr, cosa que no había hecho en años.

Al poco rato estaba respirando con tanta fuerza que se recargó en un árbol, inhaló profundamente y sintió como se expandía su caja torácica por completo, con lo que literalmente desgarró varias pequeñas adherencias.

Korr demostró con pasión que el enfoque médico de darle máxima importancia a las vísceras, (que, desde su punto de vista, son meros órganos diseñados para mantener el sistema músculo-esquelético) confunde la verdadera naturaleza del ser humano.

Le encantaba señalar que los doctores y científicos de su época cometían un error común, pues mostraban muchas terminales nerviosas que llegaban a cada órgano interno, pero solo unas cuantas ramas conectadas a la articulación y a los mecano-receptores del tejido suave (ejes musculares, órganos de Golgi) en las facetas espinales, discos y músculos directamente conectados a las vértebras.

Se reía cuando decía que era justo al revés, ya que el sistema músculo-esquelético tenía el 90% de las conexiones con el sistema nervioso y el cerebro.

Roger Sperry, ganador del premio Nobel por su investigación del cerebro, dijo: “90% de la estimulación y nutrición del cerebro se genera por movimientos de la columna.”

Señalaba la importancia de atender a la “persona completa” en cuestiones de salud, en vez de adoptar el enfoque reduccionista de escoger un órgano o parte enferma como hacen los médicos alópatas.

A fin de cuentas, la obra de Korr muestra que una subluxación vertebral crea un stress que causa un incremento en el tono del sistema nervioso simpático. Sabemos que un incremento en el tono del sistema nervioso simpático desencadena una cascada de procesos autónomos similares a que si el cuerpo estuviera siendo atacado.

Este incremento en el tono lleva a lo que en fisiología conductual se conoce como estado de “pelear o escapar”. 

Esta es la cosa: es una buena respuesta que te ayuda en situaciones agudas, pero que te matará si se mantiene crónicamente. 

El incremento en el tono del sistema simpático incrementa las hormonas del stress adrenalina y noradrenalina, y disminuye las hormonas para relajase como serotonina y relaxina.

Este estado fisiológico, con su disminución en la inmunidad y la digestión, hasta acabar con la fertilidad, la concentración, la atención y la energía, no es como ningún ser humano saludable debe vivir durante periodos prolongados de tiempo. 

ESTO SUCEDE CON TODA SUBLUXACIÓN VERTEBRAL DEBIDO A SU INFLUENCIA EN EL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL.