Pemex carga con una deuda financiera de más de 2 billones de pesos, derivado de la colocación de bonos, de la adquisición de créditos y de otros instrumentos con los que financia sus actividades.

La cifra supone un crecimiento de 246% desde 2008, cuando este rubro se encontraba en 579,637 millones de pesos (mdp), según cifras de Pemex y de la Auditoría Superior de la Federación (ASF).

La deuda financiera de Pemex incluye los créditos y bonos con vencimientos menores a un año (corto plazo) y mayores a ese periodo (largo plazo).

El mayor incremento de la deuda financiera se dio a lo largo de la actual administración de Enrique Peña Nieto, y en especial entre 2014 y 2016, en medio de una fuerte contracción de los precios internacionales del petróleo que pasaron de casi 100 a 30 dólares por barril.

El endeudamiento financiero de la petrolera nacional superó los 2 billones de pesos en 2017, un crecimiento de 2.6% respecto a 2016. Entre 2015 y 2016, este rubro se disparó en 32.6%.

El 81% de estas obligaciones financieras se pidieron en dólares o están referenciadas a esta moneda, y sólo el 13% es en pesos. La venta de petróleo al exterior hace que Pemex prefiera la solicitud de deuda referenciada al dólar.

“En este sentido, una depreciación del peso frente al dólar no afecta la habilidad de Pemex para cumplir con sus obligaciones en dólares, ya que éstas son pagadas con ingresos en dólares o dolarizados”, explica la ASF en su reporte de la segunda entrega de la revisión de la Cuenta Pública 2017.

El pasivo total de la compañía llega a los 3.6 billones de pesos, según datos al tercer trimestre de Pemex. Este concepto incluye tanto la deuda financiera a corto y largo plazo como los compromisos de pensiones y jubilaciones de los trabajadores (1.3 billones de pesos), y otros adeudos de la compañía.