Antonio Mansen Posted On 1 agosto, 2018
Es común en el sistema educativo que sea un Director(a) quien guíe la institución, escuela o colegio, aunque algunos optan por otros modelos de gestión. El profesor(a) a quien se le confía dirigir una institución educativa, debe salir (ordinariamente) de las aulas, porque consideramos que es en práctica, desde la experiencia real, en que se aprenden los fundamentos para realizar, con muy probable éxito, las gestiones de aprendizaje, de proyectos, de administración, de organización y de proyección social, propias de tan importante servicio educativo.
El científico inglés Alexander Graham Bell afirmó: “Antes que nada, la preparación es la llave del éxito” y “el éxito depende del esfuerzo” (Sófocles).
La calidad de maestro del Director, es el fundamento para escogerlo. Su primera tarea, es lograr que cada uno de la comunidad educativa se motive, y saque de sí mismo lo mejor y así contribuya al bien común; y para ello necesita tener la cualidad de ejercer el liderazgo, porque de él depende organizar el trabajo en equipo, crear una visión de éxito académico, propiciar y mantener un ambiente de confraternidad, apoyar el liderazgo de otros, planificar desde las bases el cómo mejorar el proceso de enseñanza – aprendizaje y administrar las personas, los datos y los procesos. El liderazgo de un Director, no es para lucirse, no es para dominar, ni hacer sentir su autoridad, sino para servir (Mt 20, 25-27). “La función del liderazgo es producir más líderes, no más seguidores” (Ralph Nader). Esta “calidad”, en el maestro, se transforma en “grandeza”, desde su experiencia en el aula. Sugerimos leer la publicación de la Editorial SM: LAS CINCO RESPONSABILIDADES CLAVES DE UN DIRECTOR LÍDER.
Stephen Robert Anderson, Profesor en la Universidad Yale, afirma que para ser un buen Director no se requiere una “predisponibilidad genética” ni mucho menos, basta con las ganas de superarse; porque la práctica es lo que hace a un buen director, por lo tanto se puede aprender. En el ejercicio mismo de la trayectoria madura y consolida la experiencia de un Director. Sin embargo, otros opinan que el liderazgo es una aptitud innata y lo único que se debe hacer, es seleccionar a las personas adecuadas y desechar a quienes no demuestren la actitud. Pero, “en muchos casos hay una base de evidencia empírica de lo que se debe saber y hacer para llegar a un resultado positivo en los establecimientos [educativos], y no depende solo de las posiciones de liderazgo”. Hoy la formación de directivos apunta más a cómo influir sobre las prácticas de los docentes para llegar a un mejor resultado, según las normas, la realidad de las estructuras y condiciones de trabajo, porque cambia de una institución educativa a otra. Recomendamos el interesante artículo de EducarChile: UN BUEN DIRECTOR, ¿NACE O SE HACE?
¿Cuáles son las cualidades de un buen director de escuela?, no basta el estar preparado y capacitado para la gestión y tener cualidades de liderazgo, sino que en la práctica va aprendiendo como nos dijo Anderson; y según la plataforma de LIFEDER.COM, estas serían las características primordiales (sin agotar el listado) para ser un buen Director:
- Capacidad de inspirar confianza y llevarse bien con las personas, conversar con ellas y ser empático con sus asuntos. Esta es “una habilidad de reconocer emociones y que trasciende razas, culturas, nacionalidades, clases, géneros y edades” (Mary Gordon).
- Motivar y entusiasmar. “Hay en el mundo un lenguaje que todos comprenden. Es el lenguaje del entusiasmo, de las cosas hechas con amor y con voluntad, en busca de aquello que se desea o en lo que se cree” (Paulo Coelho).
- Disposición a enseñar y aprender de sus estudiantes, colegas y padres de familia. Recordar siempre que “toda persona que conoces sabe algo que tú no sabes, aprende de ellos” (H. Jackson Brown Jr.).
- Es trabajador y da ejemplo. La “gestión es hacer las cosas bien, liderazgo es hacer las cosas” (Peter Druker).
- Ser humilde. Porque “el mérito real, como un río, cuanto más profundo es, menos ruido hace” (Edward Frederick Halifax).
- Saber centrarse en las soluciones y tener la capacidad de escuchar, porque si quiere ser sabio, necesita aprender “a interrogar razonablemente, a escuchar con atención, a responder serenamente y a callar cuando no tengas nada que decir” (Johann Kaspar Lavater).
Finalmente, los buenos Directores, entienden el impacto de la palabra, el tono, y el modo cuando se expresan, sobre todo a sus más cercanos colaboradores: los colegas, y cómo, cualquier expresión afecta lasmentes y corazones de las personas. Sir Winston S. Churchill dijo: “A lo largo de mi vida, a menudo me he tenido que comer mis palabras, y debo confesar que siempre lo he encontrado una dieta sana”. Por eso, es muy recomendable emplear frases positivas y efectivas, como: “me entusiasma trabajar juntos”, “aquí está nuestra misión”, “su papel es críticamente importante porque…”, “vamos a hacer las cosas mejor”, “me gustaría saber qué piensa”, “busquemos juntos otra solución”, “¿cómo puedo ayudarle?”, “juntos podemos…”, “Usted ¿qué opina?, “felicidades” y “gracias” (cf Linkedin). Si este leguaje es el más usado, nos evitaremos tantos “tragos amargos” que da el vivir “en una olla de grillos” o tener que andar “cuidándose las espaldas” y con “ojo” porque aquí “las paredes oyen”.
Desde su experiencia, algunos especialistas en gestión, recomiendan al Director evitar, en el trato con sus colegas, ciertas expresiones que son muy ofensivas, porque pueden afectar grave y silenciosamente a su servicio de “ayudar a otros a descubrir su potencial por sí mismos” (Bo Bennet) y “aumentar la probabilidad de que suceda lo que queramos” (José Antonio Marina). Hemos tomado de algunas publicaciones como AldeaViral, Universia.net y Entrepreneur, expresiones que todo buen Director debe evitar decir; y propiciar el buen clima de convivencia institucional, de corresponsabilidad y la autorrealización de todos y cada uno de sus miembros, desde el rol que a cada uno desempeña. El poeta, novelista, dramaturgo y científico alemán Johann Wolfgang von Goethe dijo: “Pensar es fácil. Actuar es difícil. Actuar como uno piensa es lo más difícil”.
1. USTED NUNCA HACE LAS COSAS BIEN
Aunque un profesor cometa uno o varios errores, relájese, cuente hasta 10 (o a 100) y pídale al profesor que explique lo ocurrido. Haga que él mismo reconozca su equivocación y proponga soluciones. Enseñe y convenza de la importancia de remar todos en la misma dirección. Steve Jobs dijo: “Mi trabajo no es ser agradable con la gente. Mi trabajo es tomar a estas grandes personas y empujarlas a ser aún mejores”. Recuerde que “la misma conciencia que me hace reconocer el error del otro, me hace acordar que yo me he equivocado primero y que me equivoco tantas veces” (Papa Francisco, 07/09/2014).
2. QUE SEA LA ÚLTIMA VEZ QUE…
Ésta es la frase favorita de un Director amenazador. Habitualmente la amenaza hace referencia a dar un mal informe, solicitar el despido o cambiarlo de puesto, pero lo único que genera es que se trabaje por miedo y no por alcanzar objetivos. El Director tiene la responsabilidad de definir las metas, animar a todos para alcanzarlas y saber que siempre debe estar dispuesto a motivar, porque como dijo político norteamericano Richard J. Daley: “El poder es peligroso a menos que tengas humildad”.
3. NO ES MI PROBLEMA, ES ASUNTO SUYO
Cuando un profesor explica que llegó tarde, que no terminó el trabajo o no alcanzó las metas por ‘”x” razones, nunca diga esa expresión. No se trata de que “encubra” a los profesores que sólo presentan excusas, sino que sabe que tiene que ser empático y tratará, (por todos los medios), de entender la situación. Como buen Director debe enfrentar los problemas de una manera madura, racional y sincera, por muy molesto que le resulte (cf Robin S. Sharma). Además, debe asegurarse que no sea un problema, generado por una deficiencia en sus responsabilidades, como Director. Use todas las herramientas, recursos e incentivos que permitan que el trabajo planificado se realice. Busque siempre una solución, un remedio.
4. PARA ESO LO HAN CONTRATADO
Una frase muy utilizada por los directores con sentimiento de superioridad. Con estas palabras le está diciendo a la persona que quien decide es el Director, y que se debe hacer lo que él diga, simplemente porque se le paga para cumplir órdenes. Esto afecta mucho a la autoestima. Si quiere que su comunidad educativa le respete, nunca saque a colación los temas relacionados con los cargos y su posición como Director. El Pastor Jesse L. Jackson nos dice: “No mires a nadie hacia abajo, a menos que les ayudes a levantarse” (Jesse Jackson).
5. ASÍ SE HAN HECHO SIEMPRE LAS COSAS
Es el ‘mantra’ (palabra sánscrita que tiene como objetivo relajar e inducir a un estado de meditación) del Director anquilosado y nada innovador. En una institución educativa, el descubrir y poner al servicio común el talento y las habilidades de cada miembro, estimular iniciativas y estar abierto a nuevas propuestas, es el principal objetivo de toda innovación educativa. Sólo desde la apertura es posible cambiar paradigmas, rutinas y desterrar la “parálisis” del “dejar hacer, dejar pasar”. Si un profesor le presenta una idea o una forma distinta de educar, escúchelo y pruébelo. Nunca sabe de dónde vendrá la idea que genere una nueva corriente pedagógica. “Innovar es encontrar nuevos o mejorados usos a los recursos de que ya disponemos” (Peter Drucker).
6. NO ENTREGUE SU TAREA HASTA QUE LA HAGA BIEN
Esta desagradable frase muchas veces va acompañada de papeles aventados o tirados a la basura. Este Director tirano disfruta con rebajar a sus colegas y hacerlos sufrir. Para evitar esta actitud negativa observe bien lo que entregó el profesor y haga una retroalimentación efectiva que motive confianza y capacidad de hacerlo mejor, para que la próxima vez la entrega sea correcta, pero no por temor; sino por exigencia de la tarea docente. “Los grandes líderes son casi siempre grandes simplificadores. Pueden interrumpir cualquier argumento, debate y duda y ofrecer una solución que todos puedan entender” (Colin Powell).
7. LO SIENTO, NO HAY NADA QUE PUEDA HACER
Es la típica del Director que “se lava las manos”, ante el problema de un profesor o para otorgar un permiso o tramitar una licencia, y así evitar acompañar al profesor en su dificultad. Esta es una de las peores cosas que se puede hacer con un colega. El Director debe tener la capacidad y sabiduría para ayudar a encontrar la luz, el camino, la solución, el cómo sacar el mayor bien de los contratiempos. No camina por el colega, sino que camina junto a él. Paulo Freire nos dice:” … enseñar exige seguridad, capacidad profesional y generosidad, enseñar exige saber escuchar”.
8. LOS PROBLEMAS PERSONALES NO LOS TRAIGA A LA ESCUELA
Los profesores tienen sentimientos, emociones, ambiciones y deseos. No son mujeres u hombres mecánicos. Tienen una familia y unas responsabilidades que le son propias. El Director abierto, sincero, que inspira confianza y motiva, procurará escuchar a la persona y ofrecerle su respaldo. Paulo Freire dijo: “Jamás acepté que la práctica educativa debería limitarse sólo a la lectura de la palabra, a la lectura del texto, sino que debería incluir la lectura del contexto, la lectura del mundo”, y como Director, debe tener la habilidad de leer la vida de cada miembro de la comunidad educativa.
9. USTED SIEMPRE LLEGA TARDE
Una cosa es educar en la puntualidad y otra muy distinta es convertirse en un reloj humano con el fin de amonestar a los profesores. Para que una escuela sea eficiente, el buen Director predica con el ejemplo y alecciona sobre la importancia de saber que la puntualidad es respeto a sí mismo y a los demás. Es bueno recordar las palabras del ex presidente de los Estados Unidos John Quincy Adams: “Si tus acciones inspiran a otros a soñar más, aprender más, hacer más y convertirse en algo más, entonces eres un líder”. Muchos de los buenos resultados en Educación, dependen de la exactitud para cumplir los plazos, de la puntualidad para llegar a la escuela, de empezar a la hora programada las actividades y entregar las tareas en la fecha y hora pactadas.
10. AQUÍ EL DIRECTOR SOY YO
Los esquemas de trabajo verticales y unidireccionales ya no funcionan. ¿Por qué? Porque los directores como líderes sabios, han descubierto que empoderando a sus profesores se consiguen mejores resultados. Si es Usted un buen Director, será humilde, y los profesores lo sabrán, pero por su ejemplo, no porque se lo diga. “Es imprudente estar demasiado seguro de la propia sabiduría. Es saludable recordarse que el fuerte se puede debilitar y el sabio puede errar” (Mahatma Gandhi).
El Papa Francisco nos aconsejó a todos, y que es bueno que lo recordemos los que estamos en la docencia y estamos formando futuros líderes: “Cuando vayas subiendo, saluda a todos. Son los mismos que vas a encontrar cuando vayas bajando”. Ojalá no lo olvidemos, para cuando nos confíen algún cargo directivo en la escuela.
REDACCIÓN WEB DEL MAESTRO CMF
Antonio Mansen
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